Se esperaba mucho del debut de Amaral en Eivissa y Eva y Javier Aguirre no defraudaron en absoluto a los cientos de fieles que poblaron ayer por la noche el aparcamiento del Recinto Ferial de Eivissa.
El duo zaragozano derrochó toneladas de energía desde que a las 22.20 horas surgieron de la oscuridad más absoluta al ritmo de una canción en inglés para entonar las primeras estrofas de su tema Unas veces se gana y otras se pierde. Y es que sólo hizo falta llegar al segundo tema, Revolución, para comprobar que Eva Amaral, en esta ocasión vestida con un elegante traje largo de tirantes que dejaba ver su excesiva delgadez, se mueve como pez en el agua encima de un escenario. Bailó, saltó, gritó, invitó a cantar al numeroso público como si no hubiera un mañana y dejó incluso sin aire a más de uno entre los presentes.
Instantes después, cuando entonó «para ahuyentar la soledad, para espantar la decepción, porque estas ansias de vivir no caben en una canción», primeras estrofas de su tema Kamikaze, Eva Amaral se relajó un poco aunque solo para coger las fuerzas necesarias para repasar varios de los temas que le han convertido junto a su inseparable Javier Aguirre en historia viva de la música de este país. Fue, para todos los presentes, incluido para el mismo duo Amaral, su debut soñado en Eivissa.