Atrapada en un galería de tres metros de profundidad. Así pasó la noche la pequeña Kira después de extraviarse la tarde del miércoles en una zona de campo de Sant Josep.
Ayer por la mañana su dueño salió a buscarla y escuchó unos ladridos que salían de un agujero. Él no podía alcanzarla y Kira no podía salir.
Ante esta tesitura, el dueño de la perrita llamó a los bomberos. Hasta el lugar se desplazaron cuatro bomberos, dos de ellos especialistas del Grupo de Rescate Vertical (GRV).
Según informaron los bomberos de Ibiza, la perrita, de unos 19 kilos de peso, se había adentrado en un agujero que daba paso a una especie de cueva o galería y quedó atrapada al fondo de la misma.
Al llegar al lugar, los bomberos comprobaron que el agujero era demasiado estrecho y se empezó la maniobra de rescate.
Uno de los efectivos se fue adentrando boca abajo. Reptando fue avanzando, pero dada la estrechez tuvo que empezar a excavar y retirar piedras y tierra para poder completar la operación rescate.
Una vez facilitado el acceso, el especialista del Grupo de Rescate Vertical alcanzó el lugar donde estaba atrapada Kira y deshizo los pasos para que el animal recuperase la libertad, tras unas horas de angustia para ella y también para su propietario.