Achicando agua con cubos. Así amanecieron ayer los locales que se mantienen abiertos en el barrio de la Marina y la primera línea del puerto. Una situación que no es nueva ya que con las tormentas del verano pasado volvió a ocurrir lo mismo, por lo que los vecinos y comerciantes no entienden por qué no se le pone remedio. Loli es una comerciante de la calle Castelar que ayer por la mañana sacó 12 cubos de agua de su establecimiento. «Desde que han hecho el puerto nuevo, todo el agua viene a la calle Castelar y la calle de la Cruz. Esta es la gracia que tenemos con el puerto nuevo. Tienen que mejorar el sistema de alcantarillado para que esto no siga pasando», explicó indignada. Otra comerciante explicó que siempre que llueve el agua baja de Dalt Vila a la Marina y que el viernes por la noche los mismos vecinos y comerciantes abrían las arquetas para que circulara el agua. «No entendemos cómo si es una cosa que ocurre cada año no se prepara para mitigar los efectos: que se mantengan las arquetas y las alcantarillas y se ponga una solución porque todos nos acordamos cuando pasa», lamentó esta empresaria.
Desde la Federación de Comerciantes La Marina-Puerto de Ibiza recordaron que el Ayuntamiento de Eivissa tiene pendiente la construcción de tanques de tormenta bajo la rotonda de los Multicines, así como de un colector de aguas pluviales que irá de la rotonda de Juan XXIII al puerto.
Más consecuencias
Además de inundaciones en zonas como el puerto, la Marina o es Pratet, las fuertes lluvias del viernes ocasionaron desprendimientos en el túnel de acceso al Soto, así como en varios puntos del barrio de Puig des Molins. También se produjo el desprendimiento de un falso techo en el interior de una casa de la calle Mestre Joan Mayans. En estos casos, los técnicos municipales estuvieron ayer trabajando para evaluar el estado de estos dos puntos de la ciudad.
Para restablecer la normalidad, un equipo de 12 trabajadores de limpieza estuvieron trabajando desde primera hora de ayer con maquinaria a presión y una pala retroexcavadora para limpiar y retirar las piedras que los desprendimientos dejaron sobre la calzada.