Quisieron eliminarlas pero no han podido con ellas. Casi nueve meses después de que el Govern enviara a técnicos del Cofib para que mataran a tiros el medio centenar de cabras que desde hacía décadas vivía en el islote, se han producido avistamientos de una manada de hasta cuatro ejemplares, que se han dejado ver mientras pastaban muy cerca de la base del islote, desde donde han sido fotografiadas por viajeros que se han acercado en barco hasta es Vedrà.
«Todavía hay cuatro o cinco cabras y por lo menos un macho, son cabras que se salvaron de la matanza», asegura Bartomeu Marí Rota, uno de los propietarios del islote de es Vedrà, los conocidos vedraners. Marí asegura que desde que el Govern ordenó la masacre ellos no han trasladado ningún ejemplar hasta el islote. «Vamos algún día a verlas y a cerciorarnos de que tengan agua. Este año ha llovido mucho y tendrán suficiente comida», apunta el veterano vedraner, quien espera que no vuelvan a aparecer los ‘pistoleros' del Govern por es Vedrà «y las cabras puedan criar».
Marí señala que en una ocasión llegaron a ver «hasta siete u ocho cabras y dos machos que se peleaban, aunque quizás ahora alguna se haya muerto porque la última vez sólo vimos cuatro».
El pasado 4 de febrero dos técnicos del Cofib acabaron a tiros con medio centenar de cabras de es Vedrà en una actuación dirigida por la Conselleria de Medi Ambient para salvaguardar la flora endémica del islote, amenazada por la presencia de los mamíferos. Desde Medi Ambient descartaron sacar a las cabras con vida ante la dificultad y la peligrosidad que suponía para los técnicos del Govern dicha operación.
Protesta
Sin embargo, nueve días después más de 400 personas se manifestaron por las calles de Vila pidiendo la dimisión de la entonces directora general de Espais Naturals i Biodiversitat, Caterina Amengual, y la del conseller insular de Medi Ambient, Miquel Vericad, que pese a señalar que desde el Govern no le informaron de la operación aplaudió la actuación del Ejecutivo balear.
Las asociaciones animalistas criticaron la decisión de la Conselleria de Medi Ambient de acabar con la vida de los animales y dejar los cadáveres en islote. De hecho, la Asociación Animalista de las Illes Balears (Assaib) denunció ante los tribunales al conseller Vericad y Caterina Amengual por delitos contra los recursos naturales y contra la fauna, además de por prevaricar.
Animalistas y vedraners también se concentraron a finales del mes de febrero durante la celebración de un pleno ordinario en el Consell d'Eivissa durante el que mostraron su enfado por la masacre de es Vedrà.
En una sesión del Parlament balear, el conseller Vicenç Vidal aseguró estar «orgulloso» de la actuación de su departamento en el islote ibicenco cuando se le preguntó por las razones de la destitución de Caterina Amengual a finales del mes de septiembre.
LA NOTA
«Si nacen cabritos iremos a buscarlos en Pascua»
A pesar de que la población de cabras en es Vedrà menguó de manera abrupta el pasado mes de febrero, a Bartomeu Rota no se le han quitado las ganas de seguir yendo al islote en la víspera del Domingo de Pascua. Es más, el vedraner avisa que si la manada consigue procrear, el próximo año irán a por los cabritos.
Bartomeu todavía sigue resentido con los responsables de la matanza. «Son una colla de sinvergüenzas, porque si las hubiesen matado para dar de comer a la gente tendría un pase, pero matarlas y dejarlas allí mismo para mí fue una animalada, ni más ni menos».
Este vedraner deja claro que existía un método para sacar a las cabras vivas del islote, el que ellos han utilizado desde hace décadas atrás. «Nosotros siempre las hemos sacado de allí y las hemos llevado a tierra. Yo todavía tengo en casa a dos cabras y un macho que son de es Vedrà. Hace dos años cogimos 22 o 23 y las tres que sobraron me las llevé a casa y las tengo por el bosque. Este año han hecho dos cabritos cada una», apunta Bartomeu, quien niega que los chivos hayan estado enfermos. «Lo que pasa es que en julio del año pasado cerraron el depósito de agua y las cabras pasaron sed», asegura Rota.