A algunos miembros del equipo de gobierno tripartito en el Ayuntamiento de Sant Antoni no les ha sentado nada bien que haya salido a la luz pública que los agentes de policía del municipio, en pleno mes de noviembre, todavía no disponen del uniforme de invierno.
Uno de ellos es el primer teniente de alcalde, Pablo Valdés, que este jueves ha publicado en su muro de Facebook (ayer borró el comentario) estas palabras: «Sí, amigos, nos hemos vuelto locos del todo y hemos hecho realidad el sueño de cualquier mariquita: este invierno la policía patrullará en pelota picada». No tardó demasiado en apuntarse al carro la concejala responsable de la Policía Local de Sant Antoni, Aída Alcaraz: «Me has descubierto, no sabía cómo hacerlo, meterme en el vestuario me parecía muy agresivo».
Valdés también añadió un chascarrillo a la conversación: «Un día, por error (lo juro), descubrí que algunos tiene la pichilla más grande que la mía. Así que como me parece incorrecto, a ver si el frío nos devuelve a las proporciones adecuadas».
Otros concejales del tripartito como Raúl Díaz o Francisco Tienda también se unieron a la conversación, al igual que la regidora de Joventut, Ainara Sánchez, quien apostó por la confección de un calendario con fotografías de los agentes: «Los que no tenéis uniforme, animaos! Total... un poco más desnudos qué más da».
Sin embargo, no todos le encontraron la gracia a los comentarios de los concejales. «Veo que la ironía les encanta, no le veo la gracia a esta situación; para ustedes es fácil reírse, ya que desde la comodidad de sus casas y al amparo de sus buenas viviendas no sufren la humedad que muchos sufrimos (...) admiro a esos hombres y mujeres que visten uniforme y sale a realizar su labor cueste lo que les cueste», comentó un ciudadano. A lo que Valdés entró al trapo y aseguró que sus comentarios estaban hechos con «sentido del humor ante 'informaciones' malintencionadas y erróneas. Decido ironizar porque es la mejor respuesta que puedo dar ante este tipo de mamarrachadas».
La Jefatura ordenó la semana pasada la utilización del uniforme de invierno a partir del 1 de noviembre, una orden que desde el equipo de gobierno «se tumbó» y se dispuso como voluntaria la utilización de la equipación invernal. Alcaraz aseguró a este periódico que las prendas que faltan «son puntuales y afectan a unos pocos agentes».