Acisclo Marín, el último vecino del bloque de viviendas de Santa Margalida de Vila, acudió ayer a los servicios sociales del Ayuntamiento de Eivissa para informarse acerca de su situación una vez que el edificio donde reside se haya declarado en ruinas y, por tanto, tenga que abandonarlo de manera inmediata.
De momento, Marín no ha aceptado ningún tipo de acuerdo con el Consistorio, según explicó el primer teniente de Vila, Alfonso Molina, pero, tal y como destacó, «por lo menos se ha puesto en contacto con nosotros y eso ya es mucho».
Se trata de la primera vez que el vecino se dirige al Ayuntamiento para pedir información y, hasta ahora, también se había negado a aceptar el piso que le ofrecían habitar en usufructo en el edificio Es Pla de Vila, junto al primer cinturón de ronda.
La intención del Consistorio es evitar recurrir a una orden judicial para obligar al hombre a abandonar el edificio declarado en ruinas el pasado 28 de octubre por los derrumbes que se habían producido en el techo del viejo inmueble. «El objetivo es que Acisclo salga de la manera menos traumática, aunque cueste más tiempo», explicó Alfonso Molina.
El Ayuntamiento de Eivissa mantiene el ofrecimiento de la vivienda en usufructo para Acisclo y le ha propuesto ayudarle en el traslado de los enseres que todavía tiene en su piso del edificio de Santa Margalida.
Marín «no se ha comprometido a nada», según explicó Molina, pero ha aceptado seguir en contacto con los servicios sociales municipales para poder avanzar en un posible acuerdo que le permita abandonar la casa «de buenas formas» en el plazo de unos días.
El Ayuntamiento tiene previsto demoler este antiguo bloque de viviendas después de que el último vecino abandone el edificio.