Fue durante la Primera Guerra Mundial cuando Abel Matutes Torres, el patriarca de la larga saga de empresarios, banqueros y políticos ibicencos, vivió su máximo esplendor como naviero. En 1918 inauguró la atarazana más importante de Ibiza, situada entre la carretera de Santa Eulària y el Club Náutico, que se dedicó a construir y reparar barcos hasta la década de los años 70.
La naviera Matutes fue la propietaria de algunos de los barcos más carismáticos de la flota ibicenca del siglo XX y, entre las anécdotas que se incluyen en su biografía, se encuentra una relacionada con el vapor danés Nautic que, en 1913, embarrancó en es Freus. Después de varios intentos frustrados de sacar la embarcación por parte de remolcadores venidos de fuera, Matutes decidió comprar los restos del barco y contrató al mestre d'aixa ‘Pepe de Costura' que sacó el barco de las rocas tras meses de trabajo.
La actividad naviera era solo uno de los negocios a los que se dedicó Matutes a lo largo de su vida. A finales del siglo XIX, se adjudicó en subasta pública un solar en el barrio de la Marina donde construyó el primer teatro de la isla, el Pereyra, inaugurado en 1898. En 1907 creó la primera fábrica de producción de energía eléctrica, situada al principio del puerto de Vila, negocio que se mantuvo en manos de la familia hasta que la empresa pública GESA se instaló en 1957. Matutes también se dedicó al secado y la exportación de albaricoques y fue el primer presidente de la Cámara de Comercio de Ibiza, creada en 1904, al frente de la cual luchó por conseguir mejoras en el puerto.
Su actividad como banquero comenzó como delegado en Ibiza del Banco de España, que en ese momento era una entidad privada. El 3 de enero de 1935 decidió crear la empresa Abel Matutes Torres S.A., dotada con un capital inicial de dos millones de pesetas. En esta entidad se concentraban todos los negocios financieros y comerciales que hasta ese momento había emprendido como empresario individual y se convertía, de manera oficial, en banquero independiente al comprar los activos y pasivos del Banco de Menorca para crear su propio banco, cuya primera sucursal se construyó en la confluencia del paseo de Vara de Rey con la calle de Comte del Rosselló.
Tras su muerte, la gestión de los negocios de la familia recayó en sus tres hijos varones, especialmente en Antonio Matutes Noguera, que impulsó la actividad financiera y convirtió la Banca Matutes en la principal fuente de financiación de los empresarios turísticos.
Calle Abel Matutes Torres
Una muerte a manos de los republicanos al inicio de la Guerra Civil
Abel Matutes Torres encabeza la lista de nombres escritos en placa situada a la entrada de la Catedral de Ibiza que recuerda a los muertos del bando nacional.
Tras el alzamiento del ejército, una expedición de milicianos liderados por el capitán Alberto Bayo llegaron a la isla desde Barcelona para recuperar el poder en la isla. Inmediatamente después, empezaron las detenciones de las personas que se creía que habían colaborado con el golpe, entre ellos Matutes, que fue apresado el 10 de agosto de 1936.
El 13 de septiembre, tres aviones del ejército italiano bombardearon el puerto de Ibiza y Dalt Vila y provocaron una cuarentena de muertes. Esa misma noche, 94 prisioneros que permanecían encerrados en el castillo, entre ellos el naviero, fueron asesinados por los republicanos antes de retirarse durante los conocidos históricamente como ‘fets del castell.' Unos hechos que han permanecido desde entonces en la memoria colectiva de los ibicencos.