«El tirón de última hora se está notando y hemos vendido un quince por ciento más que el año pasado. Os espero aquí mañana [por hoy] para celebrar un premio». Así de confiada se mostraba ayer Cristina Molina, de la administración número 2 de Vila. Es la seguridad de quien ha repartido tres premios en los últimos cuatro años. Cristina y Lina Suñer recuerdan entre risas de satisfacción y complicidad que en los dos últimos años han repartido dos quintos premios y en 2012 vendieron una parte del Gordo de Navidad.
Los datos de Loterías y Apuestas del Estado apuntan que este año en las Pitiusas se consignaron 5.645.480 euros, 28.227 billetes. Esta cifra representa 820.000 euros más que en 2015, cuando se consignaron 4.840.200 euros y 24.201 billetes.
Las previsiones apuntan que cada habitante se gastará de media 33,20 euros, pero los loteros apuntan que esta cifra será superior «porque este año se ha visto a la gente muy animada».
No obstante esto se trata de una media que rompen compradores como Edi, un joven brasileño de Arrecife que ha llegado hace poco a Ibiza y que ayer se estrenaba en el mundo del Gordo de Navidad comprando tres décimos.
«Cuando más se ha notado ha sido en este tirón de última hora y con los turistas nacionales que compraron mucho en julio y agosto», señaló Cristina Molina, quien añadió que «hoy [por ayer] es el día de los rezagados. La gente pasa por ventanilla hasta que cerramos la puerta. En 2015 vendimos 450.000 euros y este año en torno a 500.000 euros», indicó Molina.
La administración número 1 ha sido la que más lotería tenía consignada: 1,4 millones de euros. Su propietario, Juan Mayans, indicó que la venta ha ido algo mejor que el año pasado pese a que «nos han dejado el barrio como un parque natural. El puerto está muy bonito para pasear, pero al barrio sólo entran turistas», apuntó Mayans, quien añadió que hasta ayer por la mañana habían vendido unos 6.500 billetes, 65.000 décimos.
Mayans, quien está al frente del despacho desde 1998, subrayó que la gente sigue apostando por el décimo de «toda la vida. El otro boleto (el que se imprime a petición del comprador) es un sucedáneo. Los jugadores quieren el décimo, décimo», remarcó Mayans, quien recordó que fue su abuela quien abrió la administración allá por el 1940. Mayans repartió un quinto premio en 2011 y confía en que hoy sea una gran día.
Ayer todavía quedaba algún «décimo, décimo», como le gusta decir a Mayans. En la administración número 3 lo han vendido todo, al igual que en la administración de Santa Eulària, donde desde el viernes están tirando de los décimos impresos por la máquina, otro tanto ocurre en Sant Antoni y Formentera, donde ayer estaban más pendientes de la histórica cita de su equipo de fútbol que de la lotería.
Entre aquellos compradores de última hora encontramos a Josep Marí Ribas Agustinet. El alcalde de Sant Josep explicó a las puertas de la administración que había ido a comprar dos décimos «para corresponder a una persona que hace unos días me regaló lotería. Tenía que corresponder el gesto y también me he comprado uno para mí por si toca».
Pasadas las 20.00 horas, los despachos se cerraron. La suerte ya está echada y todos desean que las lluvias de los últimos días también traigan el Gordo.