Los especialistas forestales y técnicos del Institut Balear de la Natura (Ibanat) en las Pitiusas han llevado a cabo esta semana la tercera jornada del operativo de limpieza y cierre de accesos de la hectárea calcinada el pasado verano en el islote de s'Espalmador. El incendio forestal originado en agosto por una bengala lanzada de forma temeraria desde un barco que fondeaba en la costa ha degradado una zona con un «extraordinario valor ecológico» por su elevada población de sabinas. Según Miguel Soriano, técnico de Medio Ambiente especializado en incendios, «se tardarán muchas décadas en recuperar esta zona tal y como estaba».
PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA acompañó el pasado miércoles a la brigada ibicenca del Ibanat en sus tareas de reforestación de s'Espalmador, integradas en el plan de restauración ambiental de la zona afectada impulsado por el Govern balear. El equipo formado por los técnicos Miguel Soriano y Nuria Valverde (del Parc Natural de ses Salines), los capataces Pau García y Pep Serra, y los especialistas forestales Eduardo Muiña, Marco Chaverri y Sergi González dedicó la jornada a segar con motosierras las ramas y troncos de las sabinas calcinadas y a cortar los accesos del área afectada mediante palos y cuerdas.
Su finalidad, según explicó Soriano, es dejar la zona «lo más irregular posible para que la gente no ande por ella». La madera se irá descomponiendo con el paso de las décadas, aportando nutrientes a la nueva vegetación y sirviendo de obstáculo a los invasores. «La gente cuando venga con bañador y chanclas no se meterá aquí si ve esto incómodo y desagradable», explica el técnico del Ibanat, satisfecho por que ya hayan comenzado a brotar matas, juncos, espárragos y plantas endémicas ligadas al sistema dunar como el molinete o silene. «Después del incendio era todo negro, era una desolación total. Ahora lo ves y ya hay vida, por eso dejamos aquí las ramas y una sabinas calcinadas en pie para dar testimonio de que por culpa de una negligencia se quemó una hectárea de terreno de alto valor ecológico, porque es un Parque Natural», confiesa el responsable técnico de la brigada.
Soriano explica que el siguiente paso será la reforestación de sabinas a través de plantas de la misma especie. Nuria Valverde, técnica del Parc Natural de ses Salines, cree que «ya es un poco tarde» para iniciar el proceso de plantación y recuerda que la idea «es hacerlo durante unos cuantos años», durante los cuales observarán si sobreviven o no ya que las condiciones en este sistema dunar «son difíciles». «La sabina crece lentamente y este es un terreno muy pobre», apostilla Sorian. El plan, prosigue Valverde, consiste en «recoger semillas de sabinas de Formentera, mandarlas al vivero de Mallorca y que produzcan plantitas de sabina de s'Espalmador, si es posible».
Refuerzos este año
Actualmente integran el Ibanat en las Pitiusas cerca de 50 trabajadores. Durante la estancia en s'Espalmador, los agentes recuerdan los años «duros de la crisis» durante la pasada legislatura, en la que sufrieron importantes recortes de plantilla. «Despidieron a treinta y pico compañeros en Balears. Yo me quedé sola durante dos años en el Parque Natural porque no se cubrió la baja de mi compañero. Se sufrió bastante en este tema», lamenta Nuria Valverde, que recupera la sonrisa para explicar que este año se abrirá al fin un proceso de selección para contratar personal. «Este verano seremos dos técnicos, el director y los refuerzos. Desde que están los ‘nuevos' se nota mucho», subraya la experta medioambiental.
LA NOTA
Darse barros en la laguna está prohibido y afecta a la cría de aves
A pesar de los carteles informativos, mucha gente atraviesa la flora del islote de s'Espalmador en verano para darse barros en la laguna, que tras las lluvias de este invierno contiene un importante caudal de agua. Este jueves, gracias a su actual estado, podía apreciarse una colonia de ocho flamencos y varias tadornas. Algo poco usual en verano por la presencia de visitantes. Según Nuria Valverde, la «moda» de los barros no solo «está prohibida por normativa» sino que supone una actividad «nociva para esta zona húmeda». Según la técnica del Parc Natural, esta práctica frustra los intentos de nidificación de las aves: «En la laguna tiene que haber cierta tranquilidad para la cría de aves y lo que se hace entrando es molestar. Hay un trasiego de gente a partir de abril o mayo que es la época de cría y directamente se tienen que marchar».