Compartieron trabajo y vivencias durante años en el Hotel Helios de Ibiza. Corrían los años 1966, 67 y 68. Ayer, cincuenta años después, una quincena de aquel «grupo de amigos» se reencontró en una comida de «hermandad».
«Teníamos 20 años y era diferente. Trabajábamos como una familia. Si a uno le hacía falta dinero, ahí estábamos los otros y lo mismo sucedía a la hora de cubrirnos turnos. Éramos compañeros de trabajo, pero sobretodo amigos, una familia». Así recordaba Toni Marí ‘Moreras' cómo fue el trienio laboral compartido en el hotel Helios, en la Ibiza de las postrimerías de los sesenta.
Entre los «supervivientes de aquella familia de trabajadores» también está Joan Serra Costa, quien trabajaba como botones en el Hotel Helios. Joan guarda entrañables recuerdos de aquellos años y agradeció a Toni ‘Moreras' y el resto de compañeros por «haber impulsado y hecho posible reunirnos a todos en una comida para recordar viejas anécdotas».
Cerca de Joan se encuentra Paco Marí Ferrer. «Todos los presentes somos amigos de toda la vida y tras muchos años de trabajo ahora es el momento de disfrutar de momentos como este», señaló Paco, quien compartió numerosas anécdotas con los compañeros reunidos y tuvo un recuerdo para los que ya no están. La mayoría de los presentes fueron camareros del Hotel Helios, y de allí salieron grandes trabajadores del sector de la hostelería.
«Brindemos por los supervivientes del Helios y por los que están en el recuerdo», señaló, copa de cava en mano, Toni ‘Moreras', impulsor del emotivo reencuentro celebrado en el Tropicana Beach Club.
Los comensales se habían citado a mediodía en el establecimiento de Cala es Jondal, engalanado para la ocasión con una pancarta conmemorativa y que estaba encabezada por la leyenda: «Supervivientes Hotel Helios».
Toni Marí ‘Moreras', José Ferrer, Toni Prats, Pep Torres, Vicent Ribas, Alberto Presa, Paulino Tur, Toni Boned, Joan Serra, Toni Serra, Antonio Torres, Paco Marí, Lucas Prats, Pep Riera y José Marí, inmortalizaron el momento con una foto para el recuerdo.
La comida se prolongó con una sobremesa repleta de risas, anécdotas y un compromiso: repetir la cita en breve con la compañía de la familia.