La pasada semana se inauguró en el Museo Arqueológico Nacional (MAN) una amplia exposición de fotografías de piezas y yacimientos arqueológicos españoles y egipcios de José Latova, que ha trabajado con los mejores arqueólogos españoles (Maluquer de Mote, Blanco Frejeiro, Almagro, Guillem Rosselló Bordoy, Fernández Miranda). En la muestra se aprecia la evolución técnica y la evolución de la mirada de este fotógrafo cuyas instantáneas hemos visto en infinidad de libros de arqueología, en los del colegio, en guías turísticas, en carteles de promoción del patrimonio español, las hemos visto en todos sitios: sus fotos milimétricas de Altamira, las primeras fotos que se hicieron de Atapuerca, sus bodegones con piezas íberas o de piezas de Los Millares (que en su momento crearon una nueva escuela), sus trabajos actuales tridimensionales en Egipto, en Djehuty, junto al arqueólogo José Luis Galán.
En sus 40 años de documentalista de excavaciones muy importantes, Latova ha fotografiado casi todo lo importante que en materia arqueológica tenemos en España y Ibiza, tan rica y singular en materia púnica, la conoce Latova de cabo a rabo y algunas de las fotos que hizo en nuestra Isla tienen un papel primordial en esta exposición internacional. De hecho, Ibiza es uno de los territorios con más fotos en la exposición, exactamente hay tres, de una de las piezas señeras hallada del Puig des Molins, concretamente una terracota, esta foto la hizo en 1988; luego hay otra una foto submarina del pecio romano de Gum de Sal hecha en 2000 y una playa solitaria y primigenia de Ibiza con una composición simbólico-arqueológica… también se aprecia un libro sobre Ibiza titulado Fenicis. La obra de Latova es clave también para que los arqueólogos puedan estudiar el proceso de excavación de los yacimientos y para documentarlos. En ese sentido nuestro fotógrafo utiliza desde métodos forenses a drones de última generación o las más novedosas técnicas para captar detalles que no ve el ojo humano. La exposición es también una muestra de la evolución de la maquinaria para fotografiar en el último medio siglo. Cuarenta años de fotografía arqueológica que bien merecen una mirada si se pasan ustedes por Madrid, la exposición se podrá ver hasta el 27 de agosto.