La socialización es el proceso en el que los cachorros establecen relación con otros animales de su misma especie y de otras especies.
La socialización adecuada es uno de los determinantes más importantes del comportamiento que tendrá nuestra mascota en un futuro.
En los perros, el periodo más receptivo, es el comprendido entre las 3 y las 12 semanas de vida, mientras que en los gatitos es entre la 2 y la 7 semanas de edad.
Durante esta etapa de su vida, tanto los perros como los gatos establecen muy rápidamente vínculos con su propia especie, con otras especies, y con ambientes nuevos.
Si al final de esta periodo, nuestro cachorro no ha sido socializado adecuadamente con respecto a otras personas y otros animales de compañía, es probable que desarrolle conductas miedosas y defensivas.
Para que un cachorro tenga un desarrollo social adecuado, deben ser acariciados desde muy temprana edad. Cuando hay una falta de estímulos auditivos, táctiles o visuales, el aprendizaje es más lento, la coordinación de movimientos es menor y son menos miedosos ante situaciones nuevas.
Otro factor decisivo en el comportamiento de nuestros cachorros es el papel de la madre. La perra y gata con una conducta materna adecuada, dan una descendencia más fuerte y con un carácter más equilibrado. Si un cachorro es separado de la madre nada más nacer, y es criado artificialmente, no aprenderá conductas como la dominación, o la interpretación de los signos de sumisión, o a controlar la fuerza de su mordida, es decir, no sabrá relacionarse con otros de su misma especie.
¿Qué debo hacer para que mi cachorro sea sociable ?
Para hacer del cachorro un adulto sociable, basta cumplir una serie de recomendaciones:
-Mantener al cachorro con su madre y hermanos durante las primeras 6-8 semanas de vida con el fin de que puedas desarrollar las habilidades de comunicación, desarrollar las habilidades sociales, y tener la oportunidad de jugar y relacionarse con sus hermanos.
-Hacia las 8 semanas de edad, deben situarse en su nueva casa para que se vayan habituando a las personas y otros animales con los que vaya a convivir. Exponer al cachorro al mayor número de estímulos posibles: Personas diferentes: Niños de distintas edades, ancianos, hombres con barba, con minusvalías, personas de uniforme ... y al veterinario. Ambientes distintos: Coches, camiones, parque, zonas comerciales, ascensores, peluquería y clínicas veterinarias. Estímulos: Truenos, relámpagos, tráfico, secadores de pelo, aspiradora, disparos de escopeta. Esta exposición debe ser gradual para no abrumar al cachorro.
Y... ¿ qué pasa con las vacunas?
Es una duda frecuente, que ante la recomendación de que el cachorro salga a la calle cuanto antes, surja el miedo ante el riesgo de contagio, ya que hasta los tres meses de edad no se termina con el calendario de vacunación. Realmente dicho riesgo de que un cachorro se contagie en la calle es mínimo, y prácticamente el mismo que en casa, (no hay que olvidar que nosotros si que salimos a la calle y podemos ser posibles portadores de los virus).
Por otro lado no hay que olvidar que las vacunas necesitan de la respuesta inmunitaria para ser eficaces, por lo tanto haría imprescindible el confinarlos en casa hasta los 4 meses lo que provocaría un daño irreversible en la socialización de nuestro cachorro (no hay que olvidar que el periodo de socialización en el perro termina hacia los tres meses).
Por tanto, es decisión del propietario valorar los riesgos y beneficios de poner en contacto con otros perros a nuestro cachorro. Hablar con nuestro veterinario sobre el riesgo epidemiológico de la zona en que vivimos podrá ayudarnos a tomar la decisión correcta.
Debemos recordar que la socialización antes de las 14 semanas es decisiva, pero debe continuar también después de esta edad.