La Asociación Ocio de Ibiza, que engloba a los principales ‘beach clubs' y hoteles con oferta musical de la isla, mostró ayer su preocupación ante la medida anunciada por el Ayuntamiento de Sant Josep de limitar el volumen de la música en los establecimientos del municipio y criticó que el equipo de gobierno no les haya informado con antelación de sus planes como parte afectada. Con esta medida, el Consistorio pretende que la música no se escuche fuera de los establecimientos de playa, tal y como aseguró anteayer su alcalde, Josep Marí Ribas Agustinet.
El presidente de la agrupación, José Luis Benítez, considera que esta modificación de la ordenanza municipal de ruidos y vibraciones «afectará a la actividad de los beach clubs» ya que los obligará a limitar el volumen hasta un máximo de 65 decibelios, por los 80 actuales. Benítez prefiere no profundizar en sus valoraciones hasta conocer el mapa de ruidos que establecerá las limitaciones en función de si es zona residencial, turística o industrial, pero «achaca» al Ayuntamiento «que haga las cosas sin contar» con el sector. «Desde la asociación ya dijimos que se tenía que regular y limitar el tema de los ruidos, y nos parecerá bien cuando veamos el fondo de lo que se ha hecho. Que se regule nos parece correcto, pero a ver cómo queda la letra pequeña», subraya el presidente de la Ocio de Ibiza.
Zonas «maduras»
Benítez no cree que el ayuntamiento limite finalmente a 65 decibelios el volumen de la música en todo el municipio, y recuerda que existen zonas «maduras» como Cala de Bou o Platja d'en Bossa cuya calificación debe ser «fundamental» en el mapa de ruidos que incorporará la ordenanza.
«Solo en Platja d'en Bossa los aviones pasan por encima casi cada minuto con un ruido de 90 o 100 decibelios. El ruido de la gente hablando cuando sale de los locales o el movimiento de los barcos en el puerto de Ibiza también supera esta cifra de 65 decibelios», sostiene.
Según el portavoz de la Asociación Ocio de Ibiza, el Ayuntamiento de Sant Josep «tiene que preservar del ruido las zonas residenciales y tratará de hacer las cosas lo mejor posible», pero asegura «echar en falta» haber sido «consultados» por el Ejecutivo municipal para consensuar la nueva regulación. «Lo fácil es prohibir. A partir del jueves –cuando se debatirá la medida en sesión plenaria– se abrirá el periodo de exposición pública y veremos en qué queda», puntualiza Benítez, que sí se mostró a favor de imponer multas de 12.000 euros a los particulares que organicen fiestas en sus domicilios y no paren la música tras el requerimiento policial.
Prou!, al pleno
La medida anunciada por el equipo de gobierno socialista también ha generado una gran expectación para la plataforma PROU!, que ha convocado a sus simpatizantes para que acudan al pleno municipal de este jueves en el que se debatirá la aprobación de la nueva medida. «Este tema lo merece, aquí nos la jugamos», sostienen los responsables de esta plataforma, que hace apenas una semana denunció públicamente la contaminación acústica y el exceso de ocupación en las playas de Sant Josep.