Después de un día marcado por el grave incendio que se declaró a primera hora de la tarde en la zona de sa Talaia, en el municipio de Sant Antoni, y tras ver como el Real Madrid ganaba la Supercopa de Europa, a partir de las doce de la noche miles de personas entre residentes, turistas, o simplemente curiosos, dirigieron su mirada al cielo de la isla de Ibiza ansiosos por ver el gran castillo de fuegos artificiales que tradicionalmente pone fin a las celebración del Día de Sant Ciriac, patrón de Ibiza. Lo hicieron exactamente durante los 16 minutos que duró la explosión de color y sonido que lanzó desde la zona del Muelle Viejo del Puerto de Ibiza y por segundo año consecutivo la empresa Fuegos Artificiales Europla SL, radicada en Valencia.
El Ayuntamiento de Ibiza abonó este año más de 36.000 euros a la empresa valenciana y por lo visto ayer por la noche la inversión mereció la pena. Hubo espectáculo, mucho colorido, luz y formas para todos los gustos y el resultado dejó muy contento prácticamente a todo el mundo que presenció el castillo de fuegos artificiales. Y decimos prácticamente porque el viento jugó una mala pasada y desgraciadamente algunos de los restos fueron a parar sobre el público que estaba en el muelle de los grandes yates.
Por su parte, el espectáculo, tal y como se había anunciado en las horas previas, contó con dos grandes grupos. El primero estuvo protagonizado por multitud de colores surcando los cielos, entre los que había pasteles, limas, fucsia, azules, verdes o rojos. Mientras, el segundo grupo estuvo dedicado a los dorados, blancos, rosas y rojos, las tradicionales palmeras y sorprendentes figuras como una gran cara con una sonrisa que despertó la admiración entre los más pequeños. Tras ello, el cielo estalló en fuertes sonidos, provocados por cuatro prefinales multicolor y multiefecto y finalmente con la gran traca final que dejó un magnífico sabor de boca, grandes ovaciones y las sirenas de los barcos agradeciendo el espectáculo.