Víctor Pujabi Martín se quedó ayer atónito después de pedir como hace cada año el número de lotería 29846 en la Administración nº1 de Vila. Ya no quedaban. «Llevo 20 años comprando este número, como toque...», se lamentaba este ciudadano ibicenco que no escondía que se había quedado ‘chof'. «No pensaba que se quedarían sin; otros años lo compro más tarde y siempre lo tienen», decía sin aún creérselo. Para no irse con las manos vacías se conformó con un décimo acabado en 64. «Es un número que me gusta», señaló.
En general, en las diferentes administraciones apuntan que más o menos se está vendiendo lo mismo que en años anteriores aunque en la Administración nº1 de la Marina aseguran que la gente está comprando más. «Hay gente que no sabe que vendemos lotería de Navidad desde julio. Trabajamos con ella seis meses y el que conoce bien el tiempo que está en venta ya procura guardar sus números», asegura Sandra Muñoz, trabajadora de esta administración, quien asegura que «cuando se acerca el sorteo mucha gente viene a buscar números que, evidentemente, ya no están».
Los números que siguen siendo clave en esta campaña navideña son el 7, el 5 y el 3, que ya son prácticamente imposibles de encontrar en Ibiza. Otros tradicionales como el 13 ya no hay ni rastro y los que se han puesto de moda como el 17, por fechas señaladas de este año, o el 155, en referencia a la aplicación de este artículo de la Constitución en Cataluña, ya están completamente agotados. «Ha venido bastante gente preguntando por el 155 pero nosotros no lo hemos tenido», explica Muñoz, que destaca que en esta administración la terminación en 22 también «ha volado».
En la Administración nº3 de Vila, en Isidor Macabich, también corroboran que en máquina no queda ni el 17 ni el 155. El gerente José Antonio Arias asegura que la «gente cada vez es más previsora» y compra desde que la lotería de Navidad se pone a la venta en el mes de julio. «Hay muchas asociaciones y empresas que reservan pronto y después los turistas compran bastante», explica Arias, quien anota que la mitad de la lotería se vende entre julio y septiembre y la otra mitad de octubre a diciembre. Reconoce que a partir del anuncio de Navidad «suben las ventas» pero que, en general, la gente «está viniendo de forma escalonada».
En esta administración, donde tienes previsto vender cerca de 60.000 décimos, han apostado este año por el 82179, un número que también se puede encontrar en grandes administraciones estatales como Doña Manolita, en Madrid, y la Bruixa d'Or, en Cataluña.
Aunque la gente de la isla es la que más compra, una parte importante de la venta la hacen los turistas durante su estancia en la isla. «En agosto suele ser turismo español y ahora del Imserso», asegura Vicente Ribas de la Administración nº2 de Vila, en la avenida España, donde prevén vender 600.000 euros en décimos.
De media, la gente suele comprar entre dos y cuatro décimos aunque «los que les gusta jugar compran mucho más». Un grupo de turistas del Imserso de Madrid mostraban ayer cuatro décimos que han comprado durante su estancia en Ibiza y uno de ellos reconoció que llega a comprar hasta 20 décimos para el sorteo del 22 de diciembre.
En este caso, no buscaban ninguno número en concreto por lo que no tuvieron ningún problema. «El problema es cuando vienen a buscar números pensados como fechas de nacimiento, pero si no quieren algo fijo les da igual», señala Ribas.
Según apuntan desde las administraciones, la gente de fuera es la más previsora a la hora de comprar. Además, se realizan muchos envíos a gente que solicita algún número de Ibiza. En concreto, desde la administración de Isidor Macabich tienen previsto realizar hasta 300 envíos aunque sean solo de un décimo. En el caso de Isabel Cárdenas será ella misma quién se lo haga llegar a su hermana a Cazalla de la Sierra (Sevilla). «Me ha pedido que acabara en 15 porque el año pasado allí tocó un montón», explica esta sevillana, que reconoce que no sabe qué haría si le tocara: «No me he hecho a la idea de tener tanto dinero».
Una vez la suerte echada para la lotería de Navidad, la gente empieza a pensar en el Niño, aunque aún es pronto y «todavía no se está vendiendo mucho». «Se suelen esperar a ver si antes reciben algo del premio de Navidad», concluye Sandra.