Los pacientes en lista de espera para operarse en la sanidad pública llegan a 1.742 en el hospital Can Misses y 20 en Formentera, de los que 136 esperan más de 180 días cuando cuatro meses antes, en verano, superaban las 500 personas, según los datos facilitados por el Área de Salud de Ibiza y Formentera a fecha del 14 de diciembre.
En agosto de este año se superó la barrera de las 2.000 personas en lista de espera quirúrgica, concretamente 2.209 personas eran las que estaban a la espera de someterse a una intervención quirúrgica. Pese a esa reducción, hay más pacientes que en noviembre de hace un año en el que había 1.150 pacientes.
Demora de 92 días
La demora también se ha reducido en 24 días desde los meses del verano ya que en agosto había 116,9 días y a fecha del pasado 14 de diciembre estaba en 92 días. La tendencia es ir reduciendo los pacientes en lista de espera en el tramo de 180 días y la demora del paciente.
Los datos de lista de espera han ido mejorando respecto al primer semestre del año pero aún siguen siendo más el número de pacientes en lista de espera que hace un año. «En noviembre de 2016 no había problemas de reducción de intervenciones por la falta de anestesistas. Son peores comparados con los del año pasado pero la senda está trazada gracias al compromiso de los servicios de Anestesia y el Área Quirúrgica se están mejorando los datos», explicaron desde el Área de Salud. El primer semestre del año hubo una reducción de la actividad quirúrgica ya que Anestesia se quedó con 13 profesionales y no todos ellos podían hacer guardias por lo que la actividad quirúrgica quedó afectada.
La incorporación de otros dos profesionales y una organización de la actividad con la disponibilidad de todos los quirófanos del hospital Can Misses ha permitido mejorar los datos. La reorganización pasó por tener los ocho quirófanos disponibles ya que hasta octubre había entre cinco y seis abiertos. Carmen Santos anunció tras tomar posesión como gerente del Área de Salud a finales de septiembre la puesta en marcha de un plan de choque para reducir la lista de espera quirúrgica manteniendo reuniones con los jefes de servicio implicados para mejorar los datos y optimizar los quirófanos que estaban en funcionamiento.