Cientos de personas han vuelta a darse cita esta mañana por la mañana en los alrededores del Passeig de ses Fonts de Sant Antoni para celebrar el día grande de la localidad. Un año más, además de la misa, la procesión y el ball pagès a cargo de Sa Colla de Can Bonet, el principal atractivo para la mayoría de los presentes ha sido la bendición de animales a cargo del obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura, en la calle principal de la localidad.
Según dice la tradición y según ha explicado el propio Segura durante su omilía matutina, San Antón fue un hombre que tras quedar huérfano y dejar a su hermana al cuidado de una escuela de religiosas, vendió todas sus posesiones, entregó su dinero a los pobres y se retiró a vivir de modo ascético durmiendo en una cueva sepulcral y seguir así las instrucciones de pobreza que indica Jesucristo para entrar en el reino de los cielos. Se cree que vivió 105 años en Egipto entre el 251 y el 356 a.C. y que, en medio de su austera vida, encontró la sabiduría y el amor gracias a su observación de la naturaleza y a la bendición de animales y plantas. Incluso, la historia cuenta que una vez se acercó a una jabalina para curar a sus jabatos se sufrían ceguera y que ésta, jamás se retiró de sus pies protegiéndole de otros animales.