Ocho meses después de que saliera a la luz la existencia de un chalé en Sant Antoni con 50 habitaciones que se alquilaban para albergar a un centenar de trabajadores de temporada, su propietario ha decidido cargar contra el Ayuntamiento de Sant Antoni, el Consell d'Eivissa y los medios de comunicación que se hicieron eco de este asunto «para intentar acabar con una actividad legal y de tremendo interés para los ciudadanos y con la economía de una familia que no hace más que trabajar al servicio de esta comunidad», sostiene Agustín Sales en un comunicado.
El propietario de este chalé critica al Consell por haberle abierto un expediente por actividad turística «cuando aquí nunca ha entrado un turista» y sostiene que se ha llevado a cabo un «despliegue de fuerzas inaudito y nunca visto en esta isla para intentar derribar una vivienda preparada para albergar la cantidad de personas que la ocupan en unas condiciones envidiables comparadas con las que vienen, en general, los temporeros».
En cuanto a la orden de demolición de las obras ilegales llevadas a cabo en esta vivienda y la multa de un millón de euros decretada por el Ayuntamiento de Sant Antoni, Sales sostiene que está «prescrita» y es «insignificante» si se compara «con las cientos y cientos de barbaridades que se han cometido y se siguen cometiendo en esta isla». Según la orden de demolición del Ayuntamiento, Sales debe demoler la reforma ejecutada en la vivienda existente de 333,35 m², la demolición de la ampliación de la vivienda existente en la planta baja y planta piso de 436,42 m² y del cambio de uso de almacén a vivienda de 103,75 m².
Agustín Sales asegura que ha presentado alegaciones a esta orden de derribo que demuestran que «el expediente abierto contra la casa está basado en otro de hace 14 años, por lo que no refleja la realidad actual porque nadie ha venido a verla». El propietario del ‘chalé patera', que pide que se la nombre como «la casa de los trabajadores», reconoce que entre 2002 y 2005 llevó a cabo una ampliación de la vivienda «de unos 180 m² sin permiso de obras», pero que estos trabajos «entran dentro de los parámetros urbanísticos, han prescrito y estamos acabando un proyecto de legalización». También admite haber añadido «unas estructuras ligeras y toldos que exceden en ocupación a los permitidos» que, no obstante, «no deberían considerarse como obra, pues son fácilmente desmontables y están en el exterior de la vivienda».
Habitabilidad
Agustín Sales también apunta que ha presentado ante el Consistorio portmanyí un informe urbanístico en el que se indica que la casa «cumple con todas las condiciones de habitabilidad y seguridad» que establece el decreto 145/1997 de 21 de noviembre y que, por lo tanto, sus huéspedes no viven hacinados en su vivienda. Según este estudio, facilitado por Agustín Sales, su vivienda tiene capacidad para albergar 55 plazas en 42 dormitorios, 29 de los cuales individuales y 13 dobles. Sin embargo, el propio propietario reconoce haber albergado en su interior hasta 104 personas, incluidas él y su pareja.
Este estudio también hace constar que con el decreto de habitabilidad anterior al ahora vigente, que data de 1986, en la vivienda cabrían 92 plazas repartidas en 11 dormitorios cuádruples, 5 triples, 7 dobles y 19 individuales. Para Sales, este estudio «demuestra que esta casa es capaz de albergar a 92 personas en perfectas condiciones de habitabilidad y salubridad, además de tener algunos lujos, como son piscina, wi-fi en toda la casa, Canal Plus, barbacoa y limpieza dos veces al día de las zonas comunes».
El propietario del chalé patera pide al Ayuntamiento de Sant Antoni y al Consell que «reconsideren su postura» y «pongan todo su esfuerzo en conservar esta casa, legalizando lo que se deba legalizar, salvar todo lo que se pueda salvar y mandado derribar lo que sea insalvable, con objetividad, espíritu constructivo y responsabilidad política hacia sus ciudadanos» e invita al presidente insular y al alcalde a visitar la vivienda «para que puedan ver en persona las condiciones en las que aquí se vive».
EL APUNTE
Unos beneficios «escasos» de 43.300 euros anuales por alquilar las habitaciones
Agustín Sales niega en su comunicado haberse enriquecido aprovechando la falta de vivienda en la isla de Ibiza y asegura que cobra entre 300 y 375 € por persona y hasta 500 € por habitaciones individuales, un precio «más que razonable», para él. En este sentido, asegura que en 2016 tuvo unos ingresos por alquileres de 174.000 € que tras haber descontado impuestos y gastos se quedaron en 43.300 € de beneficios, «una cifra escasa teniendo en cuenta la inversión y la cantidad de trabajo que aquí realizamos dos personas».