Si hay un momento invernal que nadie en la isla debería perderse ese es el de los almendros en flor. La cita con ellos a veces se adelanta y otras se atrasa, pero oscila entre estas fechas y los primeros días de febrero dependiendo del sol y el calor que hayan recibido estos árboles frutales durante el invierno.
Toni Bonet, al frente del Bar Can Cosmi de Santa Agnès de Corona, comentó a Periódico de Ibiza y Formentera que «en una semana o 10 días pienso que estarán mejor ya que ahora empiezan a florecer». Si bien las fiestas del pueblo son el día de hoy, no siempre las acompaña el fenómeno natural más fotografiado del invierno ya que «si ha hecho anteriormente mucho sol y calor para esta época ya está florecidos; si no se puede alargar hasta principios de febrero. Este año estamos dentro de la normalidad, aunque este año ha llovido muy poco».
Pero ese no es el único inconveniente al que se enfrentan los protagonistas del Pla de Corona. «Si queremos ver flor hace falta replantar árboles y cuidar más lo que están», advierte Bonet mientras recuerda que gracias al escaso valor que se paga por la fruta la gente los va dejando y «llegará un momento en que no habrá ni flor ni almendros». Y agrega: «Ni los payeses jóvenes ni los viejos quieren saber nada de los almendros; a unos porque no les gusta y a otros porque no les deja dinero».
Toni asegura que «hace 45 años en la finca de mi padre sacaban unas 200.000 pesetas por cosecha, unos 1800 euros, era un ‘pastón' y eso ahora es imposible. Las ofreces a gente que está parada, les dices te doy todas las almendras y no las quieren. Incluso en Navidades para hacer la salsa de Nadal compramos las almendras; nos sale más barato comprarlas que recogerlas».
Jaume Torres, dueño de tierras cercanas que cuentan con estos árboles frutales, comentó «este año los veo muy mal porque no se cuidan y porque la gente no coge las almendras porque no valen nada y se pierde todo». Sentencia que «para que ahora estuvieran en flor, las almendras se tendrían que haber cogido hace tiempo. No cogerlas daña mucho el árbol y no se recogen porque no dan dinero». Ante este panorama explica que, por ejemplo, «de mis árboles recojo un cuarto de lo que debería porque no valen nada y tampoco tengo tiempo. De la forma en que están los árboles, viejos y sin cuidar, se necesita mucho tiempo para recogerlas. El Consell ni nadie nos ayuda. Las pagan a 0,80 ó 0,90 céntimos de euros el kilo y así no vale la pena».
Por su parte, ya el año pasado la máxima institución insular había adelantado la intención de crear un plan piloto de nuevas plantaciones con el fin de recuperar este cultivo cuya producción antiguamente era reconocida fuera de la isla por su calidad y que, según han señalado desde el organismo, será presentado a principios de febrero.