Los actuales propietarios de la torre de Can Pere Musson, derruida hace un año prácticamente en su totalidad a consecuencia de un temporal, tienen la intención de convertir la finca donde se asienta el monumento en un agroturismo.
Según explicó el conseller insular de Patrimoni, David Ribas, los dueños de la torre de defensa, una familia de franceses afincada temporalmente en Ibiza, han presentado un proyecto de «rehabilitación integral» de la finca que «va más allá de reconstruir la torre» y que incluiría también la reforma de la casa payesa, del antiguo trull de Can Pere Musson, así como del entorno natural y las paredes de piedra seca que la rodean.
Hacia la rehabilitación
La Comisión Insular de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Patrimonio Historicoartístico (Ciothupa) aprobó el pasado otoño un plan de estudio arqueológico y, en estos momentos, se está empezando a trabajar sobre las ruinas antes de pasar a la segunda fase del proyecto, que consiste en la reedificación de la torre.
El plan de rehabilitación global del recinto tendrá que pasar nuevamente por la Ciothupa para que este órgano dé el visto bueno definitivo antes de poder desarrollarlo. Aunque la torre es un bien privado, el Consell d'Eivissa se ha puesto en contacto con la propiedad para asesorar y supervisar el proceso de reconstrucción de la torre, calificada como Bien de Interés Cultural (BIC) desde el año 1996, así como del mantenimiento del conjunto patrimonial.
En este sentido, el conseller de Patrimoni insistió en que el gobierno insular «ha seguido el proceso que se ha hecho en otras ocasiones» que es ponerse en contacto con los anteriores propietarios de la torre y con los nuevos. Según señaló, la colaboración entre el Consell y los actuales propietarios está resultando «fructífera». «Desde el minuto cero se ofrecieron a colaborar con el apoyo técnico del Consell para asesorarlos en todo lo que hiciera falta», añadió.
La torre de refugio de Can Pere Mosson, cuyo nombre consta desde el año 1764, pertenece al poblado de Balàfia aunque su superficie es más pequeña y esbelta de lo habitual en este tipo de construcciones.
EL APUNTE
Una tormenta eléctrica acabó con un monumento de tres siglos
La fuerza de una intensa tormenta eléctrica registrada a finales de diciembre de 2016 fue suficiente para destrozar un monumento histórico de alrededor de tres siglos de historia para sorpresa y tristeza de los vecinos de la zona.
Del conjunto de su estructura, solo quedó en pie un pequeño muro que ahora está apuntalado para evitar que también se derrumbe.
Más de un año después del desgraciado accidente, las piedras que componían la torre están amontonadas junto al monumento a la espera de que se puedan iniciar los trabajos para su reconstrucción.
La torre original tenía tres plantas y un acceso elevado, un diseño que la hacía particular puesto que lo habitual es que el acceso se sitúe en la parte inferior y solo tenga dos plantas.
Esta edificación cilíndrica se sumaba a las dos torres existentes en el poblado de Balàfia que datan del siglo XV.