El paso de los años no ha hecho cambiar las ideas a los protagonistas de la Transición en Ibiza y el centenar de personas que ayer llenaron Sa Nostra Sala lo pudo comprobar de primera mano. Poco tardó Abel Matutes en ofrecer la que para él fue la clave de aquel proceso que desembocó en la llegada de la democracia a España tras la muerte de Franco. «Arias Navarro (presidente del Gobierno cuando murió el dictador) no era el hombre adecuado y el Rey tuvo la visión y el acierto de encontrar a Adolfo Suárez, un hombre muy pragmático y sin ideología que se supo rodear de las personas adecuadas», apuntó el ministro de Asuntos Exteriores durante el primer mandato de Aznar.
Matutes, cuestionado por la generosidad de la izquierda, apuntó que fue «la derecha quien pilotó el proceso» y no tardó en tener réplica. Antoni Planells Malalt, histórico dirigente comunista, echó en cara a Matutes que Manuel Fraga «quería dejar fuera al Partido Comunista» y que el protagonismo de la Transición, en vez de al rey Juan Carlos, «yo se lo daría al pueblo». Malalt pronto puso sobre la mesa la vigencia o no de la Constitución de 1978. «No hay que idealizarla», apuntó el jordier al lamentar que entonces no se hubiera producido el debate entre monarquía y república.
En cuanto a la sociedad ibicenca de la época, el presidente de la extinta Cooperativa Agrícola Es Nostro Camp destacó que todavía «no había evolucionado, era conservadora, y la gente temblaba cuando oía hablar del comunismo». Malalt también recordó que Carlos Meer, el último gobernador civil de Baleares del franquismo, en un discurso en Ibiza dijo sobre el entonces lejano Mercado Común Europeo el siguiente comentario: «Que se lo metan donde les quepa».
Otra de las presentes en el debate, la historiadora Neus Escandell, recordó su participación en 1976 en las Jornades Catalanes de la Dona, celebradas en la Universitat de Barcelona, y en las que participaron 4.000 personas, uno de los primeros actos feministas multitudinarios de la época y que tuvo continuidad en Ibiza durante tres días. «Tuvimos el rechazo de la izquierda, se reían de nosotras», señaló Escandell.
El exconseller socialista Josep Maria Costa recordó su etapa de juventud comunista, «un proyecto ilusionante que apostó por la transversalidad. Entonces el partido de referencia de la izquierda era el Partido Comunista». Costa tampoco quiso idealizar la Constitución pero defendió el trabajo realizado entonces. «Las ansias de libertad de la sociedad española hicieron posible la Constitución y la evolución hacia la democracia. Analizar aquellos hechos 40 años después es más fácil que vivirlos, aunque todos los procesos democráticos son mejorables», apuntó el abogado.
En cuanto a la reforma de la Constitución que se ha iniciado en las Cortes, Costa se mostró su escepticismo: «Hoy la política estatal se enfoca a cómo destruir a tu rival político y en el 78 estábamos ansiosos por llegar a un acuerdo».
En este sentido, Matutes abogó por «evitar que una mayoría se imponga a una minoría, bienvenidas sean las reformas surgidas del consenso».
Entre el público se encontraban el alcalde de Sant Josep, Pep Agustinet; la vicepresidenta segunda del Consell, Marta Díaz; el conseller de Cultura, David Ribas; la consellera balear de Presidència, Pilar Costa; o la diputada socialista Sofía Hernanz, quien tomó la palabra para señalar que la Transición «fue modélica» y reconocer la «renuncia, sacrificio y generosidad de una generación que supo hacer mucho por el país».
También cogió el micrófono el abogado Andrés Tuells, presidente del partido de Adolfo Suárez, la UCD, en las Pitiusas y que alabó que en el debate entre reforma o ruptura «afortunadamente se escogió la reforma», además de alabar el papel de Suárez y el Rey.
Por último, la exalcaldesa de Vila Virginia Marí apuntó que «tenemos mucho que aprender de los que hicieron posible esta democracia» y lamentó que hoy «se ha perdido el llegar a acuerdos».