Aprender, asimilar y crecer de forma libre y en sintonía con la naturaleza. Ése es el objetivo de la Asociación Celeste Ibiza para los jóvenes de la isla que apuestan por una enseñanza alternativa. Se trata de la pedagogía Waldorf, una educación que promueve valores de convivencia y que, de momento, sólo es una realidad para los niños de entre tres y seis años.
Por ello, esta asociación lucha desde hace cinco años por crear una escuela que abarque más cursos y permita un mayor número de inscripciones. «Hacemos eventos para recaudar fondos porque necesitamos un espacio adecuado para crear el centro», explicó Silvia Gutiérrez, madre Waldorf y administrativa de la asociación.
En este sentido, ayer organizaron un «carnaval en familia» para seguir sumando granitos de arena en una montaña que no crece al ritmo que les gustaría. «Hemos traído pintacaras, música en directo con Iván Domenech y Joan Barbé, un dj y las familias han estado cocinando para colaborar», añadió. Y es que a la pregunta de cómo recaudan la respuesta fue clara: cocinando. Eso sí, siempre dentro de unas pautas porque «en el centro promovemos valores como comer bien y ecológico que, además de comer sano, te permite ayudar al planeta».
La educación Waldorf está en todo el mundo y, a pesar de que en Ibiza hay demanda, aún no se ha conseguido llevar a cabo. «Se trata de promover lo artístico y los padres quieren eso para sus hijos; de hecho, tenemos listas de espera de tres años», apuntó Gutiérrez.
Para ella, esta educación difiere mucho de la convencional porque incide en la importancia de potenciar la imaginación de los niños, el desarrollo motriz y la motivación para el aprendizaje. «No se les enseña ni a leer ni a escribir en infantil, pero potenciamos sus ganas. Cuando estos niños llegan a primaria lo hacen con muchas ganas de aprender porque ya están preparados para hacerlo».
Así, ayer sumaron un evento más a su calendario que, junto con los mercadillos de invierno y de primavera, permitirán que la escuela se haga realidad lo más pronto posible.