No hacen publicidad, pero toda la isla lo conoce. El yogur La Bomba nació en 1954 en manos de Juan Manuel Marí (1936-2017) y actualmente sus hijos Joaquín (1967), Joan (1966) y Carlos (1970) siguen con este negocio tradicional. El nombre La Bomba hace honor al barrio de La Marina en el que se encuentra el local, donde ha nacido y crecido esta familia que inicialmente tenía una lechería donde también hacían quesos. Natural cien por cien y con un sabor único, es uno de los productos con más historia de Ibiza.
¿Cómo se le ocurrió a su padre abrir este negocio de yogures?
— La familia de mi padre tenía una lechería en el barrio de La Bomba. Una vez un hombre de Cataluña les trajo unos libros sobre cómo hacer yogures y como tenían sobrantes de leche, decidió empezar a hacer yogures. Al principio se hacía muy poco porque antes se gastaba la leche con la gente que venía a comprarla directamente a la lechería. Tenían la terraza con mesas y hacían también chocolate. Poco a poco fue introduciendo el yogur en la isla.
En aquel entonces hacer yogur en Ibiza sería una cosa novedosa.
— Sí, sí. En La Marina había tres o cuatro lecherías, dentro de Vila había muchas más y él iba repartiendo la leche y el tema del yogur fue algo nuevo y a la gente le gustó. En aquellos años, sobre todo, les gustaba mucho a los turistas, les gustaba poder comer yogur natural hecho en la isla.
¿Es difícil mantener una empresa de yogures en Ibiza?
— En nuestra familia nos dedicamos al final exclusivamente al yogur. Teníamos leche o quesos, pero vimos que lo que tenía más salida era el yogur. En aquella época no había supermercados ni venían todos los productos de alimentación que vienen ahora de fuera. Entonces lo que hacías, lo vendías. Todos hablan de aquellos tiempos de la gallina de huevos de oro, porque con cualquier cosa que hicieras, hacías negocio. Era rentable y fue algo bueno para ir tirando, aunque no nos hacía millonarios. También eras muy esclavo porque mi padre tenía que hacer la recogida de leche cada día y se levantaba a las seis de la mañana para ir hasta Sant Llorenç o Sant Joan. Los payeses le esperaban o le dejaban la leche en un cubo colgado en algún algarrobo. Me acuerdo que de pequeños íbamos con él los días festivos y para nosotros era como una excursión.
¿Cuáles fueron los mejores años del yogur La Bomba?
— La calidad del yogur sigue siendo buena porque se hace de la misma forma que siempre. Respecto al trabajo, hacia los años 80 trabajábamos muy bien porque distribuíamos yogures a los hoteles. Todo esto fue antes de que empezaran a venir a la isla supermercados y trajeran comida de la Península. La industria aquí bajó mucho y la gente, incluso los payeses, empezaron a dedicarse al turismo porque convenía más estar en un hotel que ordeñando una vaca o cuidando a los animales. Se ha abierto un mercado que a nosotros y a todos los productos de Ibiza, nos ha hecho daño.
¿Al principio cuántos litros vendían y cuántos venden ahora?
— En las mejores épocas, en una semana podíamos hacer 2.000 o 3.000 litros de yogur. Los hoteles ponían el yogur en los self service y gustaba mucho y alguno nos llegó a decir que no sabían si les convenía porque la gente comía mucho yogur. Ahora hacemos un día a la semana unos 400 o 500 litros, dependiendo de la demanda, y en verano hacemos casi el doble.
Y cuando empezó su padre, ¿cuántos hacía?
En los inicios teníamos unos fogones a butano y en unas ollas de 40 litros hervíamos unos 120 litros en un día. Ahora tenemos una máquina para pasteurizar que la pones en marcha a las seis de la mañana y puede trabajar todo el rato que quieras, por lo que puedes hacer más de mil litros en un día. Fue un cambio que notamos, aunque también es cierto que así como se hacía antes el yogur era más bueno, más jugoso. Ahora hierves la leche y no te hace la grasa que te hacía antiguamente porque la leche también es diferente a la de antes.
¿Cómo ha cambiado la leche ?
— Sanidad se tuvo que meter para controlar las vacas, tenerlas censadas y vacunadas y todo ha llevado a un nivel que ha hecho que la leche no sea como la que había antes. Otros alimentos como la sobrasada o el pan también tenían antes un sabor diferente.
¿La receta del yogur La Bomba sigue siendo la misma?
— Sí, la receta es la misma desde que empezó.
¿Es secreto o se puede desvelar?
— No, no es ningún secreto. Hubo una temporada que se pusieron de moda las yogurteras, que la gente dejó de comprarlas porque era mucho trabajo y no les salía bien, y es lo mismo. Si coges leche natural sin estar pasteurizada y la hierves a su temperatura, el yogur irá bien. Y si lo mezclas con más yogur, harás más yogur, no tiene vuelta de hoja. Puedo garantizar que la calidad es 100% porque nosotros no le metemos nada, la leche es natural y el fermento es natural del mismo yogur, y no tocamos nada más. Tiene leche y yogur o fermento lácteo, nada más.
¿El proceso también es el mismo?
— Sí, desde que mi padre nos enseñó a mis hermanos y a mí a hacer yogur, lo hacemos igual. No hemos cambiado nada, lo único que se ha cambiado y se ha modernizado por motivos de Sanidad es que antes no se pasteurizaba y ahora sí. Antes se hervía la leche en fogones hasta 100 grados. Alguna vez nos pasó que se nos olvidaba y toda la leche acababa por fuera.
Desde que llega la leche hasta que se hace el reparto, ¿cuánto tardan?
— Vamos a buscar la leche hacia las 6.30 de la mañana y entre las 8 y las 10 de la mañana ya tenemos el yogur hecho, dependiendo también de la cantidad de litros. Después tiene que ir a la nevera y no se puede repartir el mismo día porque hay que esperar a que esté frío.
¿Cuánto dura un yogur La Bomba en la nevera?
— La duración puede ser entre dos semanas y 22 días. Incluso en invierno puede durar más, sobre todo, si se guardan en las neveras cerradas que han introducido los supermercados. Cuando las pusieron me alegraron la vida porque este yogur no tiene nada de conservantes, es natural 100% y si pierde un poco la cadena de frío coge más ácido.
¿Qué diferencia al yogur La Bomba del resto de yogures del mercado?
— La diferencia es el sabor. Es un gusto que no encuentras en otros yogures. Si te comes un yogur de marca, desde el primer día hasta el último día de caducidad tiene el mismo sabor. El yogur La Bomba a cada día que pasa coge un poco de acidez y es lo que define al yogur La Bomba.
¿En la familia comen solo yogur La Bomba?
— (Risas) Es la pregunta del millón. Sí, claro, incluso a mis hijos cuando eran más pequeños les trituraba fresas para mezclarlas con el yogur.
¿El formato de la botella tan característico también ha sido siempre igual?
— Sí. Cuando mi padre empezó hacían vasitos pequeños. Después pensamos que si el envase era más grande la gente se lo quedaría mejor. Empezó con unas botellas de leche que al principio se tapaban con un papel de celofán y una gomita, que aún habrá gente que lo recordará. La botella se empezó a hacer a principios de los años 80. Cuando empezó incluso probó algunos de sabores con aromas que le trajeron de Barcelona, pero tenía mucho trabajo con el reparto de la leche y hacer quesos y el yogur lo tenía, al principio, como algo extra.
¿Entonces han probado de hacer otros productos, como yogures con sabores?
— Hubo una temporada que hicimos yogur de fresa y tenía salida, pero había que meterle un poco de colorante y jarabe y ya no era el yogur natural, natural. Estuvimos tres o cuatro años haciendo yogur de fresa, pero decidimos seguir solo con el natural. Empezaron a venir muchos yogures de fuera, de diferentes marcas y precios y nosotros no podemos hacer competencia con esta gente porque es imposible. Los hoteles también se han dedicado a buscar más precio que calidad y eso también lo hemos notado mucho.
Actualmente, ¿tienen dificultades para encontrar leche?
— Ahora mismo no, porque nos la venden en es Tap Nou, en Sant Miquel, y es una leche de Ibiza y de calidad. Antes trabajábamos con la leche de la granja de Santa Gertrudis, pero cerraron el año pasado el tema lácteo y fue una pena.
Cuando la granja de Santa Gertrudis dejó la leche, ¿en algún momento pensaron que La Bomba no podría continuar?
— Sí, sí. Nos avisaron que no tendrían más leche y en Ibiza no nos constaba que hubiera otra. Miramos de comprar en Palma pero todo eran complicaciones porque la leche tiene que venir natural y sin pasteurizar. Estuvimos sufriendo porque no sabíamos si teníamos salida o no, si la leche podía venir en unos envases especiales hasta aquí. También pensamos que si teníamos que poner un precio astronómico no podía ser, pero al final salió lo de Sant Miquel y nos va bien.
Durante la historia de La Bomba, ¿han pasado muchas dificultades?
— Hemos tenido problemas puntuales, pero el susto más grande fue este de no tener leche porque es la base.
Son tres hermanos y los tres trabajan en La Bomba, ¿siempre han tenido claro que seguirían con el negocio?
— Como es un negocio familiar siempre ha tenido sus cosas buenas y cosas malas. Cuando éramos pequeños al salir de la escuela mi padre siempre nos mandaba algo de trabajo y no nos dejaba salir a jugar hasta que acabáramos. Al final, todos nuestros amigos han trabajado de alguna forma aquí, ayudando para irnos más pronto a jugar. Después, así como vas creciendo piensas en continuar el negocio o dejarlo, pero como es un negocio tradicional te vas enganchando poco a poco.
¿Qué edad tenía cuando aprendió a hacer yogur?
— No, no, yo he nacido sabiendo hacer yogur. Desde que tengo conocimiento, he trabajado con la leche. Antes hacíamos unas recuites de leche de cabra que a la gente ibicenca les encantaba.
Si alguien le dijera ahora que quiere abrir un negocio de yogures, ¿qué le diría?
— En Ibiza, complicado, no se lo recomendaría. Desde que se ha abierto la industria de fuera no lo recomendaría porque económicamente no puedes luchar contra yogures que vienen de fuera. Hay otros negocios rentables. La Bomba está en los supermercados de Ibiza, pero no en los grandes como Mercadona o Lidl. Los políticos también deberían hacer un poco más por la industria de aquí.
¿Seguirá habiendo una continuidad generacional?
— No, no creo. Mis hermanos y yo seguimos porque el negocio es tradición y sabemos hacer yogur, pero mis hijos y mis sobrinos no creo que tengan idea de seguir. No tenemos fecha de cierre y esperemos que sea cuanto más tarde mejor, pero sabemos que es un negocio que no continuará con generaciones futuras. Es una pena pero los tres hermanos seremos los que finiquitaremos el yogur La Bomba.
¿Volvería a ser empresario?
— Viendo como está todo, me lo pensaría mucho. Hay muchas dificultades y si haces números es complicado.
PERFIL
● PRIMER TRABAJO: En La Bomba, no he trabajado de otra cosa.
● FAMILIA: Dos hijos
● AFICIONES: Fútbol
● CIUDAD PREDILECTA: Ibiza
● RINCÓN DE IBIZA: El barrio de la Bomba y el puerto
● PLATO: Arròs amb mongetes
● EQUIPO DE FÚTBOL: F. C. Barcelona
● DE PEQUEÑO QUERÍA SER...: Policía