Los juzgados de Balears ejecutaron el año pasado 2.129 desahucios, un siete por ciento menos que en 2016 y mantienen una tendencia a la baja desde hace cuatro años, tras el pico que supuso la crisis. El descenso es mucho más acusado en las ejecuciones de hipotecas: las que se iniciaron el año pasado fueron más de un treinta por ciento menos que las del año anterior. Por el contrario, los desahucios que derivan de impagos de alquileres se mantienen totalmente estables, apenas se reducen un 0,2 por ciento, y ya suponen un 68 por ciento del total de personas que tienen que abandonar una vivienda.
Según los datos del Consejo General del Poder Judicial sobre los efectos de la crisis en órganos judiciales, la mayoría de indicadores en Balears se acercan ya a niveles previos al estallido. Así, los concursos de acreedores de empresas se situó en 159 y bajó en un año un 7 por ciento más. Sí se ha producido un ligero repunte de las reclamaciones a empresas por despidos ante los juzgados de lo Social, el año pasado fueron 1.998, un 2,5 por ciento más que el ejercicio anterior. Sin embargo, la cifra todavía están muy lejos de los años más duros de la crisis, en los que este tipo de procedimientos llegó a superar los 2.500 anuales.