El Ayuntamiento de Sant Josep anunció ayer que está trabajando para cerrar al tránsito privado el tramo final de la carretera que llega hasta Platges de Comte, por el «incivismo de muchos usuarios» que estacionan en los bordes de la vía, provocando problemas y situaciones de «caos circulatorio».
El Consistorio explicó ayer a través de un comunicado que un informe de la Policía Local de Sant Josep señala la necesidad de instalar algún sistema de valla móvil que impida el acceso de los coches particulares y sólo permita entrar a los «servicios públicos», como vehículos de emergencias, autobuses y taxis, así como vehículos de personas con movilidad reducida y de suministro para los restaurantes.
El alcalde, Josep Marí Ribas Agustinet, se ha reunido con representantes de los propietarios de los terrenos para abordar esta problemática y buscar una solución conjunta. El Consistorio ya trabaja para que el cierre sea efectivo lo antes posible.
A pesar de que todo el tramo final de carretera y la rotonda están «claramente señalizados viene siendo habitual que decenas de vehículos estacionen en la carretera», lamentó el Ayuntamiento de Sant Josep, en referencia a situaciones que provocan «importantes problemas de movilidad» y en ocasiones impiden el paso del autobús.
El Consistorio explicó que los policías locales controlan esta zona de forma constante, «multando a los infractores y ordenando la retirada de vehículos con la grúa», pero que se ven «desbordados» ante el volumen de vehículos estacionados.
En la primavera del año pasado, el Ayuntamiento ya cerró los acantilados al tránsito por motivos de seguridad y para poner freno a la grave degradación que estaba sufriendo este espacio natural protegido.
Tras un acuerdo con la propiedad, los vehículos pueden estacionar en un terreno de unos 26.000 metros cuadrados ubicado a la izquierda de la carretera, situado cerca de las playas.