El Ayuntamiento de Sant Josep respondió ayer por la mañana a las quejas que vecinos y comerciantes declararon a Periódico de Ibiza y Formentera sobre los «problemas endémicos» que sufre Cala Vedella, una situación que en algunos casos se viene repitiendo en el tiempo y que no termina de resolverse.
A preguntas de este periódico, en primer lugar el consistorio quiso aclarar que «somos perfectamente conscientes de todos los problemas que presenta Cala Vedella y no se ha dejado de trabajar para encontrar soluciones a las diferentes problemáticas».
Una de ellas es la falta de calidad en el agua corriente, ya que la que sale del grifo es completamente salada, algo para lo que el consistorio aseguró tener ya soluciones a corto plazo. «Pronto licitaremos las dos bombas de impulsión necesarias para poder abastecer de agua potable la zona», explicaron, al tiempo que señalaron no tener constancia de que este año se hayan producido vertidos en el mar.
En este sentido, algunos vecinos y trabajadores de la zona aseguraron que uno de los asuntos más urgentes a resolver es el sistema de depuración y alcantarillado, «porque de lo contrario los residuos van al mar, es una rueda que no para y que da muchos problemas». Las consecuencias más palpables son dos, por un lado el mal olor que desprende la depuradora (en realidad Cala Vedella lo que tiene son fosas sépticas) y, por otro, que el agua del mar ha cambiado de color en ocasiones. La gestión de la depuradora recae en UMSA, promotora de titularidad privada.
Otro de los problemas señalados fue el relativo a los accesos a la playa, ya que los vehículos circulan por en medio de la cala, enfrente del restaurante Can Jaume, lo que además puede acarrear ciertos peligros para la seguridad. El Ayuntamiento recordó que en el mes de mayo colocaron grandes piedras para evitar que se aparque en la arena de la playa. Asimismo, requirieron a Demarcación de Costas «actuaciones más permanentes» para evitar este tipo de abusos. También recordaron que recientemente finalizaron las obras de acondicionamiento de la carretera, así como la creación de un carril bici, en el marco de la reforma de Cala Vedella Norte.
Para solucionar la falta de aparcamiento en la zona, otra de las principales reclamaciones, Sant Josep subrayó que «gracias a las gestiones realizadas hemos conseguido renovar el acuerdo para abrir al público el aparcamiento del Maya Beach Club, además de la cesión de un solar con capacidad para 200 vehículos». No obstante, el consistorio afirmó ser consciente de que Cala Vedella es un ejemplo paradigmático de todo aquello que no se debe hacer en materia urbanística. La zona se desarrolló hace muchos años de forma totalmente caótica y ahora «la movilidad es muy complicada durante la temporada turística».
En cuanto a las quejas de algunos vecinos sobre «los ruidos que no les dejan descansar», el consistorio tiró de hemeroteca y volvió a recordar sus actuaciones en esta materia, durante los meses de mayo y junio, cuando se precintaron y sancionaron dos locales por exceso de ruido.
En último lugar, Sant Josep negó que se ignoraran las peticiones de reunión con los vecinos. «Es absolutamente falso, la comunicación con las asociaciones es prácticamente semanal», sentenciaron con rotundidad.