El Consell d'Eivissa también dio ayer su visto bueno al proyecto técnico de la planta de triaje de residuos urbanos que se ubicará en el vertedero de Ca na Putxa y dio un plazo máximo de un mes para que la UTE Giref, concesionaria de la instalación, inicie las obras de construcción. «Hay que iniciar de inmediato las obras en la zona autorizada por la Autorización Ambiental Integrada, no podemos demorarlo más porque existe el peligro que cierren el vertedero», destacó el conseller de Medi Ambient, Gonzalo Juan, al finalizar el pleno. En caso de que la UTE no inicie las obras en un mes, Juan señaló que esta decisión podría suponer «un incumplimiento del contrato» y habría que tomar «decisiones extraordinaria».
No obstante, la aprobación sólo es para su dimensión técnica, ya que el proyecto presentado por la concesionaria es de 67,7 millones, mientras que el presupuesto fijado por el Consell es de 39,9 millones. «Nosotros queremos un acuerdo pacífico y pienso que la concesionaria estará por la labor aunque tengamos nuestros más y nuestros menos».
La futura instalación prevé la construcción de una planta de triaje que permitirá separar los residuos reciclables de los que no lo son, además de otra planta de biometanización para la consecución de energía, es decir, el proyecto original aprobado en 2003 al que se ha vuelto después de que el Consell Consultiu declarara nulo el acuerdo alcanzado en 2007 entre el Consell y la UTE Giref para modificar el contrato inicial y levantar una planta de compostaje en vez de la de biometanización.
Desde la oposición, la consellera Pepa Costa mostró su temor a que la UTE Giref acuda a los tribunales al no aprobarse su proyecto económico pero, en todo caso, votó a favor de la propuesta ya que la construcción de la planta de triaje «permitirá alargar la vida del vertedero y adaptarnos a la normas europeas».
Cable eléctrico
Por último, también se aprobó una moción de Podem-Guanyem para que el Ministerio de Transición Ecológica autorice la puesta en marcha del cable eléctrico submarino entre Ibiza y Mallorca, que lleva dos años instalado pero todavía no ha entrado en funcionamiento.