Francisco de la Cruz Contreras (Granada, 1971) nació en Granada pero lleva viviendo en Ibiza toda la vida, desde que sus padres le trajeron a la isla un año después de nacer. Empezó trabajando como chapista en el taller de reparación de automóviles Cruz Motor en 1986, a los 15 años, «lo normal en aquella época» junto a Pepe, su hermano mayor, que era quién la regentaba desde 1984 y de quién aprendió prácticamente todo. Pepe ya no trabaja en la empresa, por lo que Paco ha pasado a ser el coordinador del negocio familiar, en el que trabaja también su mujer, su hermano pequeño Jordi, jefe de taller, su hija Laura de la Cruz (Eivissa, 1996) y su sobrino Pablo Pavón (Eivissa, 1995), los futuros propietarios del grupo. En los inicios solo había cuatro o cinco personas trabajando, pero ahora la empresa cuenta con 42 trabajadores y forma parte de un conjunto de empresas, todas separadas pero unidas por vínculos familiares, gracias al gran crecimiento que se ha producido en las últimas tres décadas. Si inicialmente solo ofrecía reparación de vehículos, ahora el grupo también cuenta con servicios como la compra-venta de vehículos, el auxilio y asistencia en carretera y el lavado y la limpieza de vehículos.
¿Cómo fueron los inicios de Cruz Motor?
— Los inicios fueron en 1984 a través de Pepe, mi hermano mayor, de quién aprendí y que era quién regentaba la empresa. Él trabaja ahora para otras empresas pero gracias a lo que me enseñó la empresa ha ido progresando y evolucionando. Mi padre también trabajaba aquí y hacía un poco de todo. Cruz Motor es la empresa matriz, que se dedica a la reparación de vehículos y luego fundamos Grupauto Pitiusas S.L., que se dedica a la compra-venta de automóviles. Y más tarde adquirimos Grúas Ibiza S.L., que es una empresa dedicada al transporte de embarcaciones, rescates y transportes especiales. Tenemos asistencia las 24 horas del día y trabajamos con todas las compañías de seguros (Mapfre, Allianz, AXA, Línea Directa...), aparte de empresas y particulares y contamos con una amplia flota de vehículos adaptados para ofrecer el mejor servicio. Aunque trabajamos con todas las compañías, nosotros representamos a Mapfre y Segurcaixa.
¿Qué les diferencia de la competencia?
— Grupauto Pitiusas, por ejemplo, es el concesionario oficial de Ssangyong tanto en Ibiza como en Formentera. Y hemos sido galardonados en dos ocasiones como la empresa con la mayor penetración de ventas en toda España en 2013 y 2016. Esto quiere decir que somos la empresa que más coches vendió durante esos años en todo el país en proporción al número de habitantes que tiene la isla. Además de a Ssangyong, el fabricante de automóviles surcoreano, también representamos a Subaru, el fabricante japonés e Isuzu, fabricante japonés de vehículos industriales. Lo que hacemos es ofrecer a nuestros clientes vehículos de alta gama pero a un precio bastante más económico que el que puedan ofrecer otras empresas. Son vehículos de alta gama pero a un precio bastante más económico que el que ofrecen en otras empresas. Últimamente las ventas que están funcionando más son los de la marca Subaru, que son vehículos que tienen unas prestaciones comparables a las grandes marcas (Mercedes, BMW, etc) pero a un precio muy inferior. Uno de los vehículos más vendidos y que mejor funciona es el Tívoli, un modelo de crossover de tamaño medio que está teniendo mucha aceptación en las Pitiusas. Esta rama, la dedicada a la compra-venta de vehículos, representa uno de los puntales más importantes de la empresa.
¿Qué otros puntos fuertes destacaría de los productos o servicios que ofrecen sus empresas?
— Los coches que vendemos o alquilamos cuentan con sistemas de conducción autónoma, tienen cámaras con tecnología de última generación y una garantía de 5 años para el cliente, lo que es una garantía superior a las condiciones que ofrecen otras empresas del sector. Lo que nos hace fuertes son nuestros servicios de posventa, tenemos grandes talleres que no paran de crecer y ofrecemos a nuestros clientes todo tipo de servicios relacionados con la automoción.
¿Las instalaciones con las que cuenta el grupo empresarial siempre han estado aquí?
— Sí, siempre hemos estado aquí, pero a medida que la empresa ha ido creciendo o hemos adquirido nuevas hemos construido nuevas instalaciones. Hace cuestión de 5 años ampliamos las instalaciones e hicimos una nueva nave, que tiene unos 3.000 metros cuadrados aproximadamente (1.000 metros por planta) y un paquin de otros 1.000 metros cuadrados donde tenemos coches, representamos marcas de renting, tenemos furgonetas para alquilar… Siempre pensamos en seguir evolucionando, innovando y progresando.
España ha pasado por una crisis económica con graves consecuencias para empresarios y trabajadores. ¿Cómo les afectó?
— En los años de la crisis económica creo que en Ibiza, realmente, no ha habido crisis. Lo que hubo fue una criba y se quitaron de en medio un montón de empresas que igual no lo hacían lo suficientemente bien. Pero nosotros no hemos sentido ninguna crisis, sí una bajada en ventas y una bajada en ingresos, pero nada alarmante. No hubo crisis como se haya podido percibir en el conjunto del Estado. En Ibiza es distinto. Si eres serio, vas a seguir teniendo trabajo. Pero, como digo, hemos bajado en servicios y en reparaciones. No nos falta trabajo pero no tenemos el que teníamos el año pasado, eso sí que lo hemos notado, se habla de una bajada del 30 o 35 por ciento y esto lo he hablado con otros comerciantes. Es una situación generalizada.
Entonces, ¿cuáles son las mayores dificultades que se ha podido encontrar como empresario?
— El gran problema que tenemos en la isla es que falta mano de obra cualificada, problema derivado de la falta de acceso a la vivienda. Tanto en Ibiza como en Formentera, disponer de mano de obra cualificada o tener la posibilidad de formarla (antiguamente todas las empresas contaban con aprendices, una tradición que se está perdiendo) está muy bien valorado. Una figura que ya no existe y que echamos mucho de menos es la de los aprendices que había antes en las empresas. Ahora la gente joven ha optado mayoritariamente por esutdiar una carrera y es lo que hace que ya no haya chapistas, mecánicos, pintores, etcétera. Y eso que un chapista o un mecánico hoy día pueden ganar casi tanto como un abogado, por ejemplo. Hemos tenido gente aprendiendo y hemos invertido tiempo en enseñar pero lo que ha pasado con estos trabajadores es que cuando han aprendido un poco o ha llegado el principio de la temporada se han ido a trabajar a otros lados, la mayoría de ellos como camareros, porque ganan mucho más. Pero esto es como una carrera. Tú cuando estabas estudiando la carrera de periodismo no ganabas pero tenías que aprender e hincar codos. La gente, claro, ve que aquí les están pagando 800 o 1.000 euros aunque no sepan hacer nada y saben que si se van a trabajar como camareros les pagan 1.500 euros. Por eso se van, con lo cual, dejan de aprender el oficio que aprenden aquí.
Viendo la trayectoria del grupo, está claro que la empresa funciona bastante bien.
— En principio todo funciona muy bien, si eres un poco serio en Ibiza te funciona todo, siempre que le eches horas, claro. El secreto de que funcionen las cosas es no mirar el reloj. Si eres empresario no puedes pensar en que vas a trabajar ocho horitas, sino trabajar lo que haga falta y más en Ibiza. Si no tienes en cuenta el tiempo que te dediques a la empresa vas a triunfar. Ahora bien, como quieras echar 8 horas no lo vas a conseguir. Creo que la mayoría de empresarios echamos entre 10 y 12 horas cada día. Somos los que llegamos los primeros al trabajo y los que nos vamos los últimos.
Usted comentaba que sus negocios son familiares y que su hija y su sobrino trabajan aquí. ¿Habrá relevo en el ámbito familiar?
— Actualmente hay 6 personas de la familia trabajando, entre ellas mi hija mayor Laura, que está estudiando Administración de Empresas para algún día poder dirigir alguna de las ramas de la empresa, mi mujer, mi sobrino Pablo, mi hermano menor Jordi y mis hermanas. Y la idea, correcto, es que las próximas generaciones continúen con el negocio e intentar mejorar en la medida en que podamos, a menos que nos toque la lotería y decidamos venderlo todo (bromeó).
Este grupo de empresas está en crecimiento constante, ¿tienen proyectos de futuro en mente?
— Yo creo que lo que nos ha hecho crecer y ser más grandes es que aquí haya tantos miembros de la familia trabajando. ¿Qué otros motivos pueden explicar nuestro crecimiento y ser una de las empresas líder en nuestro sector en la isla? Que no miramos el reloj. Somos los primeros que entramos y los últimos que nos vamos. Y, siguiendo con esta línea, lo que queremos es seguir evolucionando y ampliando las instalaciones. Hace 5 años, como decía, construimos una nueva nave pensando que ibamos a tener bastante y ya se nos está quedando pequeña. Y mira lo que estoy diciendo, que no hay tanta faena como el año pasado u otros años, pero aun así vamos desbordados de trabajo. Otro tema importante para nosotros es mantener a la gente que tenemos trabajando aquí. Es difícil gestionar a un grupo de 42 trabajadores, tenemos gente que llevamos muchos años aquí con nosotros, y esto nos hace ser un poco mejores porque es gente que está muy involucrada con la empresa. Así que no se trata solo de crecer sino de mantener lo que tenemos.
Usted lleva toda la vida trabajando aquí. ¿Siempre le ha gustado?
— Si no me dedicara a esto creo que estaría contento con lo que estuviera haciendo. Esto lo he «mamado» desde pequeño pero pienso que si me hubiera dedicado a la carpintería pues también sería feliz y estaría contento. Lo importante es que cuando estés haciendo algo lo hagas con ganas. Si mientras vas hacia el trabajo ya vas pensando en que no te gusta o qué pesadez, no vas a conseguir nada. Pero yo soy una persona optimista en este aspecto y nunca me ha pesado el trabajo, existen otros oficios también a los que me habría dedicado.