No hay mejor concienciación que ponerse el antifaz, coger el bastón y completar entero el recorrido repleto de obstáculos para meterse en la piel de una persona ciega durante cinco minutos». Así de contundente se mostró Mariano Torres, delegado de la ONCE en Eivissa y Formentera, durante la jornada solidaria que se celebró ayer por la mañana en el Passeig de Ses Fonts de Sant Antoni.
Y no lo faltaba una pizca de razón viendo como terminaban el recorrido los valientes que se animaron a participar. Nervios, dudas, sensación de estrés y de agobio y una vez llegado al final, alivio. Por más que en todo momento estén pendientes de tí voluntarios como Cayetano o Gabi no es fácil seguir sus órdenes y no tropezarse con la mesa, las sillas, la señal de obra, los carteles, las vallas, los vehículos de todo tipo e, incluso los excrementos que se habían colocado para hacer más real la situación.
Organizada con motivo de la Semana Europea de la Movilidad, tras haberse celebrado en otras ocasiones en el Paseo Vara de Rey y en el Bulevar Abel Matutes de Ibiza, ayer era la primera vez que esta iniciativa se celebraba en Sant Antoni y resultó ser todo un éxito. Decenas de residentes, curiosos y hasta turistas llegados de distintos países se animaron a pasar la prueba y a ponerse en la piel de una persona ciega o con deficiencia visual. «Circuitos e iniciativas como estas son muy importantes para que mejoremos nuestra concienciación en un futuro y para que nos volvamos mucho más cívicos, porque realmente no sabes lo que viven estas personas en su día a día hasta que no lo sientes en primera persona durante unos minutos», explicó ayer Mariano Torres a Periódico de Ibiza y Formentera.
«Hay que seguir mejorando»
El propio delegado de la ONCE en Ibiza aprovechó también la jornada de ayer para hacer varias demandas a la sociedad. Aunque se congratuló por los avances que se están consiguiendo, «en buena medida porque cada vez los ayuntamiento están más sensibilizados por eliminar barreras de todo tipo», también hizo un llamamiento «para que todos seamos un poco más respetuosos y para que antes de dejar algo en la acera pensemos que hay alguien por detrás al que le puede molestar».
Esto, incluso, le pasó a él en primera persona hace dos días. «Cuando me disponía a cruzar una calle de Ibiza con mi perro Oporto, él se paró en seco, de repente, y sin que yo supiera muy bien que pasaba. Yo le insistía pero nada, él no se movía. Al final, Oporto consiguió encontrar un camino alternativo dando la vuelta y cuando yo eché la mano para ver que pasaba me di cuenta que el obstáculo en cuestión era una moto que alguien había aparcado en medio del paso de peatones. Y eso, que parece una tontería, puede ser muy grave porque una persona ciega se puede golpear con un manillar o un pedal y romperse algún hueso».
Otra de las mejoras que reivindicó ayer Mariano Torres tuvo que ver con el transporte público. A pesar de que se están dando pasos para conseguir «el famoso transporte universal» con voces avisando de las paradas o autobuses más amplios para que quepa una persona con silla de ruedas aún quedan aspectos que pulir. Según el delegado de la ONCE, uno hace referencia a las plataformas que llevan algunos vehículos. «Están muy bien pero en ocasiones hay algunos técnicos que no reparan en que no pueden ser completamente lisas ni estar al mismo nivel de la calle porque una persona ciega tiene que poder diferenciar con su bastón en que lugar está para sentirse seguro y poder acceder».