El obispo de las Pitiusas, Vicente Juan Segura, ordenó ayer a Pedro Miguel Ramírez, nacido en Méjico, como primer diácono permanente de la isla de Ibiza en una misa oficiada en la catedral.
El diácono es el primer paso antes de ser presbítero pero no todos los diáconos acaban siéndolo. El diácono transitorio, célibe, es el que acaba ordenándose sacerdote, mientras que el diácono permanente se mantiene en ese grado, y puede, o no, estar casado, como es el caso de Ramírez.
Un diácono puede presidir bodas, bautizos y funerales y la misa, pero al no ser presbítero no puede consagrar el pan y el vino.
Ramírez tendrá una labor asistencial y la desarrollará en la parroquia de San Pablo.