Manos Unidas organizó ayer una comida benéfica en la que todo el dinero recaudado se destinará, de forma íntegra, al proyecto de rehabilitación de un centro sanitario en Mangochi, en Malawi. «Esperamos recaudar unos 5.000 euros que van directamente a este proyecto porque es la gente de allí quien nos pide el dinero», explicó María Marí, una de las voluntarias de la ONG.
Según dijo, Manos Unidas estudia los proyectos que hay en todo el mundo y apoyan a aquellos que tienen continuidad en el tiempo, sino no los aceptan. «Tenemos que saber que luego se aprovecha lo que se hace porque, por ejemplo, se puede hacer una escuela a la que después no vayan niños; entonces no queremos eso», recalcó Marí.
Ella es voluntaria desde que se jubiló hace 17 años y anima a la gente a poner su granito de arena en este tipo de causas. «Los que tenemos bastante no nos acordamos de los que no tienen nada. Los que viven mal aquí, viven bien si lo comparamos con las situaciones que se viven en otras partes del mundo», insistió. De hecho, ella misma viajó a Paraguay hace unos años para visitar uno de los proyectos en el que participaba Manos Unidas. «Me di cuenta de la pobreza, la necesidad y la falta de medios que hay en el mundo», dijo al tiempo que añadió que «la crisis de cultura que sufren no les permite progresar».
Por este tipo de situaciones, la ONG en Ibiza organiza varias comidas al año, siendo la de ayer la última de este 2018. Con un coste de 20 euros los interesados pueden disfrutar de un menú completo con un plato principal -que suele ser arròs de matances-, ensalada, postre y bebida. «Muchos comercios de la isla nos dan los productos y también los regalos para las rifas que hacemos», indicó Marí.
A pesar de que comentó que ayer era «mala época» para hacer la comida «porque es época de matances y estamos cerca de Navidad, alrededor de 200 personas se acercaron a las instalaciones deportivas de Sant Joan para colaborar con el proyecto africano. «La gente en Ibiza es muy solidaria porque no solo pedimos nosotros, hay más asociaciones como Médicos Sin Fronteras o Cruz Roja que también lo hacen. Hay veces que nos da vergüenza pedir porque ya sabemos que han ido otros antes a hacerlo», remarcó la voluntaria.
Aún así, todos los voluntarios de la ONG se vuelcan cada día para ayudar a gente a la que, como dicen, ni siquiera ponen cara.