Corrió el vino payés ayer en Sant Mateu. Vino áspero en ocasiones, otras un poco más dulce, pero siempre acompañado de sobrasada y butifarra. En total fueron más de 200 kilos de embutido, procedentes de matanzas de vecinos del pueblo, los que disponía la organización para la celebración de la Festa del Vi Pagès que ayer llegó a su XXVIII edición. Un evento que cada año atrae a multitud de ibicencos aunque cuente con menos agricultores.
El presidente de la Asociación de Vecinos de Sant Mateu, Antoni Cardona, lamentaba en la presentación del evento esta semana que en la última década el número de agricultores que participa haya disminuido, un fenómeno que atribuyó al envejecimiento de la población y el abandono de las explotaciones ante la falta de relevo generacional.
Aún así fueron una veintena los viticultores que participaron, que aportaron en torno a 300 litros de vino que fueron cayendo a medida que pasaba la tarde.
Sa Colla d'Aubarca se encargó de ambientar el evento con una exhibición de ball pagès. A continuación fue el dúo Islabel el que tomó el relevo para animar a la gente a que saliera a bailar.
Como todos los años hubo café caleta, chocolate caliente, buñuelos recién hechos y postres típicos para poner un final dulce a los asistentes al evento.