Nathan es el cuarto hijo de Stephanie. El único, contaba esta madre londinense que vive en Sant Carles, que ha tenido tanta prisa en llegar.
Todo ocurrió este jueves. «Eran las 11 de la mañana y estaba sola en casa cuando rompí aguas», explicaba. «Mi marido había ido a recoger a las gemelas y a mi hijo mayor al colegio. Lo llamé y me dijo que no entrara en pánico, que me quedara en casa relajada».
Eso hizo. Se puso a preparar una bolsa para llevar al hospital pero en torno a las 12, cuando vió que las contracciones eran más intensas y que el bebé quería salir ya, llamó a emergencias.
Los primeros que se personaron en su casa fueron dos agentes de la Policía Local de Santa Eulària que acabaron asistiéndola en el parto. Lo hicieron con la ayuda telefónica del personal sanitario del 061.
«Cuando la ambulacia llegó el bebé ya estaba fuera», contaba la mamá. «Mi marido llegó justo a tiempo de ver cómo cortaban el cordón umbilical».
«Fue doloroso y me dió un poco de miedo hacerlo yo sola», señalaba Stephanie. Pero todo salió bien. Los agentes de policía comprobaron las constantes vitales del bebé y esperaron a que llegaran los sanitarios. Todo sucedió sin ninguna complicación.
El bebé pesó 3,520 kilos. Él y su madre fueron trasladados al hospital de Can Misses en perfecto estado. Un parto que Stephanie siempre recordará.
Desde el Hospital recuerdan que no es la primera vez que ocurre algo así en Ibiza. «El año pasado tuvimos tres partos asistidos por teléfono», comentaba Raquel Vázquez, supervisora de Maternidad en Can Misses.