Santa Agnès de Corona es conocido, principalmente, por sus almendros. Eso ha hecho que la Asociación de Vecinos, en colaboración con el Ayuntamiento de Sant Antoni, hayan dedicado un día a su producto estrella. Por ello, ayer se celebró, por segundo año consecutivo, la Festa de s'Ametlla de Corona con un amplio abanico de actividades para todos los públicos.
La jornada empezó a las 11 de la mañana con la celebración de una misa en homenaje a los mayores del municipio. Alrededor de una veintena de vecinos del municipio se acercaron a la iglesia como hacen cada domingo. Es el caso de Mariano Costa, quien aseguró que es una tradición que «no se puede perder» por mucho que cambien las modas.
Paralelamente, se celebró una excursión «respetuosa» por el Pla de Corona a cargo del periodista Pere Prieto. Él es uno de los colaboradores del libro Corona: vida, gent i records, donde se cuentan historias y anécdotas de Santa Agnès. Así, el recorrido diseñado se dividió en siete paradas en las que Prieto recordó al medio centenar de asistentes la importancia de cuidar el entorno.
La salida se hizo desde la iglesia, lugar que el periodista aprovechó para contar una de las anécdotas más conocidas del pueblo. Y es que, según explicó, hubo rivalidad entre los que estaban construyendo la iglesia en Santa Agnès y quienes lo hacían en Sant Mateu porque «el obispo les había prometido una imagen para el que la acabase primero». Parece ser que Santa Agnès llevaba ventaja, pero se cayeron unos muros que retrasaron su construcción, lo que llevó a los vecinos a hacer la iglesia más baja de lo normal. «Por eso tiene una forma peculiar; lo hicieron para ganar a los vecinos de Sant Mateu», indicó Prieto.
Otra de las paradas se hizo en la plantación de almendros. «El almendro es muy bonito, pero aquí casi todos son bastante viejos a excepción de la plantación que se hizo hace un año», recordó. Y es que la mayoría están entre los 80 y los 100 años de antigüedad, lo que hace que su productividad sea escasa y provoca que el paisaje «esté en peligro de extinción».
Dentro de esta nueva edición de la Festa de s'Ametlla de Corona también se organizó una feria con expositores vinculados a la almendra. En el interior de la carpa se pudieron ver elaboraciones de repostería hechas con almendra y harina de algarroba. Las encargadas de organizar los talleres gastronómicos fueron la cocinera Marga Coll, Marga de Can Pou y Eva de Can Blay. Así, mayores y pequeños pudieron poner las ‘manos en la masa' para elaborar helados de almendra, leche de almendra, panellets, coca y galletas de almendra. «Siempre que se puede tocar y ver lo que se hace llama más la atención», señaló María Ferrer, presidenta de la Asociación de Vecinos.
Ferrer explicó que en Santa Agnès hay sembrados cinco tipos de almendra: molla blanc, pau, patrona, espineta y molla; siendo las variedades pau y molla las más conocidas. A parte, se expusieron el resto de variedades presentes en la isla, como fina, gall, taronjal, forta o castanyola entre otras.
«En Santa Agnès no había agua antes y la gente sembraba almendra y algarroba. Lo que más se consumía era la almendra, tanto para cocinar como para vender. Por eso, estamos intentando potenciar el campo otra vez porque de él sale todo, no hay que pensar solo en sol y playa», relató la presidenta.
Asimismo, pidió a todos aquellos que visiten el pueblo que lo hagan con «respeto». «Muchos vienen de paseo y cogen las flores del almendro, pero no saben que de la flor sale el fruto y, si la quitan, dañan el ejemplar», insistió. Por ello, reitera la necesidad de cuidar el entorno ya que «Santa Agnès y Sant Mateu creo que son los pueblos más vírgenes que quedan en la isla». También dijo que este año, al igual que el anterior, va a ser difícil ver el campo de almendros en su máximo esplendor. «Primero hizo calor hasta tarde, luego mucho frío... eso ha hecho que algunos almendros tengan flor y otros nada», añadió Ferrer.
La jornada terminó con una representación, a media tarde, por parte del Grup de Teatre des Cubells y las actividades en Santa Agnès se alargarán hasta finales de febrero con la celebración del primer Concurs de Sofrit Pagès (10 de febrero), la Cursa de s'Ametller (17 de febrero) y el encendido de la sitja (22 al 24 de febrero).