Las camareras de piso de Ibiza y Formentera no quieren que sus problemas laborales queden olvidados durante el invierno. Desde que acabó la temporada piensan en la siguiente. Un verano en el que «no esperamos mejoras», señalaba ayer la portavoz de las kellys en las Pitiusas, Milagros Carreño.
La carga de trabajo, denuncian, es «cada vez mayor». En apenas 6 horas tienen que limpiar entre 23 y 26 habitaciones, dependiendo del hotel. El resto de la jornada la dedican a las zonas comunes y «a veces no nos queda tiempo ni para comer» explican desde el colectivo.
Este verano temen que la cosa «vaya a peor» porque «han puesto más cosas para limpiar, como las mamparas de las duchas», detalla Carreño. Además, «el empresario no está por la labor. Si una persona se da de baja no entra otra, se reparte la carga entre las que quedamos. Y ya se están pasando...Si esto sigue así habrá que plantarse», comenta.
Las kellys se reunían ayer con la directora general de Trabajo, Economía Social y Salud Laboral del Govern Balear, Isabel Castro. Un encuentro que llevaban esperando desde agosto.
«Nos ha explicado que desde hace unos meses ya se reconocen las enfermedades de las extremidades superiores como propias de las camareras de piso -las cervicales o el túnel carpiano. Pero aún no nos reconocen por ejemplo las lumbares», dice Milagros Carreño.
Además del reconocimiento de estas enfermedades y de pedir la reducción de la carga de trabajo, las kellys insisten en que debe haber más inspecciones «para controlar la explotación».
Inspecciones laborales
«La Conselleria de Trabajo ha planificado campañas especificas en materia de carga de trabajo para las camareras de piso con la intención de comprobar si se está midiendo bien», explicaba la directora general tras la reunión con el colectivo.
«Hay que estudiar caso por caso cada hotel porque están obligados por la Ley de Prevención de Riesgos Laborales a tener un estudio de cuál es la carga de sus empleados», señalaba.
Isabel Castro detallaba que en Ibiza hay 3 inspectores y 2 subinspectores y a ellos se suman 8 más en la campaña extraordinaria de julio y agosto. En Formentera hay dos durante el verano pero «seguimos reclamando que haya más».
Castro admitía que las condiciones laborales de las kellys «no es algo que vayamos a arreglar en un día pero seguiremos en contacto y continuaremos trabajando para intentar mejorarlas, y también las del resto de trabajadores».