Aunque no lo parezca por la humildad que destila al otro lado del teléfono José Roca, Pepe Roca, (Huelva, 1948), forma parte de la historia de la música en Andalucía. Fue el fundador y cantante de Alameda, un grupo mítico que abanderó el movimiento del rock andaluz junto a Triana a finales de los años 70 y primeros 80 del pasado siglo.
De hecho, con su primer disco, llamado como el grupo y editado en 1979, consiguió junto a Rafael y Manolo Marinelli, Manuel Rosa y Luis Moreno, el disco de oro y un éxito de ventas y público sin precedentes. Además, su canción Aires de la alameda se metió en el top 10 nacional, algo impensable hasta el momento para un grupo recién llegado.
Desgraciadamente el éxito fue efímero y sus dos siguientes discos no consiguieron el nivel de ventas deseado y decidieron separarse tras grabar un cuarto trabajo en el que ponían música a textos de Juan Ramón Jiménez.
Después, junto a los hermanos Marinelli se volvió a juntar en 1992 para unos conciertos organizados con motivo de la Exposición Universal de Sevilla y consiguieron tanto éxito que decidieron grabar un nuevo disco, Horus, en 1994. Cuando fallece Manolo en 1999 se produce otro paréntesis hasta que en 2008 se vuelve a juntar con Rafael Marinelli para rehacer Alameda y parir lo que hasta ahora es su último trabajo, Calle Arriba.
Ahora, casi diez años después, mientras el grupo sigue siendo un referente dentro y fuera de Andalucía, Pepe Roca sigue con su pasión por la música intacta. En solitario editó en 2017 Río de Rostros un disco musicado por Juan Carlos Romero con once poemas de poetas andaluces actuales y colaboraciones de José Mercé, Rosendo, Estrella Morente, Carmen Linares, Javier Ruibal y Lucrecia. Este sábado estará en Sant Antoni con la nueva Alameda, a partir de las 21.30 horas en la XVI Festa del Guateque.
—¿Cómo afronta el concierto de este sábado en Sant Antoni?
—Con toda la ilusión del mundo. Ya estuvimos hace muchísimos años dando conciertos en la isla. Pero de eso hace tanto tiempo que ni siquiera éramos el grupo Alameda.
—Sería entonces a mediados de los 70 del pasado siglo porque Alameda se creó en 1979...
—Creo que en el 77 o 78, no recuerdo muy bien. Sólo se que fuimos como parte de un grupo que se llamaba Unión y que versionábamos canciones de grupos ingleses y americanos con algún tema nuestro por ahí suelto.
—Ha pasado mucho tiempo pero la gente espera con ganas el concierto. ¿El movimiento conocido como el rock andaluz sigue vivo?
—Ha pasado por rachas, por momentos altos y bajos. Sobre todo con la época de la Movida madrileña cuando parecía que sólo había hueco para lo que se hacía en la capital. Luego, afortunadamente y a pesar que nunca contó con excesivo apoyo por parte de los medios de comunicación, el rock andaluz resistió y ahora vuelve a estar de actualidad. Ha quedado en la memoria y eso se demuestra en la gran cantidad de jóvenes grupos que siguen sacando canciones inspiradas en ese movimiento. Por eso hay que estar de enhorabuena.
—Ustedes con su disco Alameda dieron un pelotazo increíble. ¿Abrieron el camino?
—Yo creo que el que realmente lo abrió fue Jesús de la Rosa, cantante de Triana, cuando publicó en 1975 su primer disco titulado El Patio. Luego también ayudaron Manuel Molina o Lole y Manuel y por supuesto el éxito que tuvimos nosotros con el primer disco. Pero nada hubiera sido posible sin Triana.
—¿Cómo les cogió el éxito?
—Pues con el pie cambiado. Era algo que ninguno de nosotros se esperaba y fue más de lo que podíamos soñar.
—Desgraciadamente fue un éxito efímero. ¿Qué pasó?
—Creo que la culpa fue de nuestro propio talento. El primer disco fue muy elaborado y tenía un concepto muy de directo porque nosotros queríamos que sonara así y tuviera los mínimos arreglos posibles. De hecho lo grabamos desde el lunes al viernes. Lo malo es que después, y siendo sinceros, nuestro segundo y tercer disco no tuvieron la misma calidad. Por eso cuando me preguntan siempre digo que yo me quedo con algunos de los siguientes discos aunque sean más desconocidos para el gran público.
—¿Pusieron el listón muy alto?
—Posiblemente pero es que nosotros no nos tomamos el grupo como algo con fecha de caducidad. Luego, cuando llegó la Sony y nos fichó nos obligó a hacer un disco por año y así no se hacen las cosas. Además no era nuestro ritmo.
—Cuantos ejemplos de grupos hay así en la historia de la música. ¿Se prima lo comercial al talento?
—Muchos. Al final las discográficas te exprimen porque eres un negocio. Con nosotros no funcionó porque además tenemos una relación muy especial con la música, es nuestro alimento y estamos enamorados de ella. Afortunadamente con el paso del tiempo te das cuenta de que si te sales del mercado nadie te impone un ritmo y puedes hacer las cosas como a ti realmente te gusta.
—Pero ustedes, como Alameda, y usted como Pepe Roca, siguen teniendo muchos seguidores.
—Eso es verdad y es algo que a uno le llena de orgullo. Sobre todo cuando sales fuera de Andalucía y actúas en lugares repletos de andaluces que han tenido que emigrar en busca de una vida mejor. Son conciertos donde los sentimientos están a flor de piel y donde hay mucha más responsabilidad.
—Es que ustedes se sienten muy de su tierra...
—(Risas) Y quien no. Yo soy un enamorado de Andalucía y por eso me encanta, me motiva y también a la vez me genera mucha responsabilidad llevar ante toda esa gente los aires de su tierra, a la que tanto echan de menos.
—¿Entonces el concierto del sábado será de los que ponen los pelos de punta?
—Espero que sí. Pero por muchas cosas. Espero que sea un concierto que tarde mucho en olvidarse de la memoria de la gente.