«Situación insostenible»; «imposible de sobrellevar»; «un verano angustioso» o «un auténtico despropósito». Así valoran y prevén diversos operadores judiciales la «caótica» realidad que están padeciendo desde el día 21 de enero y el «verano caliente que se avecina y no estamos hablando de las condiciones meteorológicas», subrayan.
El jueves se cumplirán dos meses desde el incendio que la madrugada del lunes 21 de enero golpeó el núcleo de la administración de Justicia en las Pitiusas: el edificio del número 4 de la avenida Isidor Macabich. El Consejo General del Poder Judicial suspendió las actuciones y los plazos debido a la «inutilización funcional del edificio incendiado y la imposibilidad de mantener la actividad jurisdiccional».
Mientras tanto, la reactivación de la justicia ha ido quemando etapas con más pena que gloria. Así, los juzgados de lo Penal transitaron bajo mínimos en las dependencias de lo Social, en la calle Gaspar Puig, y desde el 25 de febrero están ubicados en una de las dependencias habilitadas en el Consell. Sólo se han llevado a cabo las causas con preso y fueron en Gaspar Puig. Penal 1 celebró tres juicios mientras que Penal 2 ha celebrado uno.
Entre los dos juzgados se han visto obligados a suspender algo más de 160 juicios, según apuntaron fuentes judiciales, una media de 30 señalamientos por semana. La totalidad de los trabajadores de estos juzgados están en sus puestos aunque, tal y como advierten los representantes sindicales, «las condiciones son manifiestamente mejorables e insoportables en el tiempo».
Horizonte peliagudo
Dos meses después, las incertidumbres e incógnitas siguen siendo muchas. Dos meses después, la investigación no se ha pronunciado oficialmente sobre el origen del incendio. En todo este tiempo tampoco se ha puesto una fecha concreta a la entrada en funcionamiento del nuevo edificio judicial que se alza sobre el solar de la antigua sa Graduada. «Nunca antes del 31 de marzo» ha sido la respuesta ofrecida por Justicia.
El juez decano de Ibiza, en una entrevista concedida a Periódico de Ibiza y Formentera, ya advirtió que el traslado se podría demorar entre uno y dos meses e insistió en que no estar antes de junio en el edificio de sa Graduada resultaría «angustioso».
Las obras se han intensificado con operarios trabajando los fines de semana y la plantilla se ha aumentado de 60 a 90 trabajadores, pero nadie se atreve a poner una fecha concreta.
Los plazos se han acortado, pero no se entregará la totalidad del edificio. La primera fase supondrá la entrega de algo más del 60 por ciento del edificio. El pasado 27 de febrero, durante la visita de la delegada del Gobierno a la futura sede judicial se pudo comprobar que todavía había muchas cosas por terminar y que en el ala que da a la calle Castilla los trabajos van más atrasados.
El juez decano, Juan Carlos Torres, sostiene que todas las obras «tienen sus plazos» y que el escenario que se plantean es que la obra se finalice en mayo y que en junio ya estén habilitados para trabajar. Un escenario diferente sería «difícilmente soportable», subrayó Torres, quien remarca los esfuerzos que se están realizando en Ibiza «desde el minuto cero para minimizar un suceso inesperado y catastrófico».
En las torres del Cetis se han distribuido los otros órganos afectados por el incendio. Los juzgados de Instrucción en funciones de guardia y el de Violencia sobre la Mujer operan con casi todo el personal, mientras que en el resto de juzgados de Instrucción trabajan tres de los nueves funcionarios «ya que el espacio actual no da para más».
El 26 de febrero, coincidiendo con la visita del presidente de TSJIB, Antoni Terrasa, se anunció la incorporación de otros 400 metros cuadrados más en las torres del Cetis. El alquiler estaba «pendiente de unos flecos». Dos semanas después, esas instalaciones todavía no están operativas y, según las fuentes consultadas, es espacio disponible será de unos 200 metros cuadrados.
El secretario general del CSIF en las Pitiusas, Juan Nieto, vaticina que «la justicia en Ibiza va a tener un verano caliente y no por cuestiones meteorológicas. Lo que está pasando desde el incendio es un auténtico despropósito».
EL APUNTE
Trabajando «codo con codo y en precarias condiciones»
El juzgado de Isidor Macabich era un edificio vetusto, cuya vida productiva estaba a punto de expirar, pero los siete órganos judiciales que allí operaban junto a otros servicios como el Instituto de Medicina Legal y Forense habían logrado convertirse en un engranaje óptimo.
El incendio cortocircuiteo la administración de justicia en las Pitiusas y la redistribución está encontrándose con numerosos problemas. La falta de espacios se traduce en que los funcionarios de los juzgados de Instrucción trabajan en turnos, ya que sólo hay cabida para tres de los nueve funcionarios. En el caso de los Penales, se han incorporado todo el personal pero, tal y como denuncian los sindicatos, «trabajan, literalmente, codo con codo». Sabino Aramburu, del CSIF, apunta más problemas en algunos espacios del Cetis que no están provistos de aire acondicionado y que alcanzan altas temperaturas.