La isla de Ibiza mejora los datos de sostenibilidad del año pasado, aunque no al ritmo esperado, lo que hace que esté «lejos» de cumplir con los compromisos de España con la Unión Europea sobre clima y energía para el año 2020.
Así lo confirmaron ayer Sandra Benbeniste, directora del Observatorio de Sostenibilidad de Ibiza, el coordinador Juan Calvo y Arturo López, miembro del Consejo Asesor; quienes presentaron los primeros resultados sobre energía, residuos y agua correspondientes al informe anual que realiza la entidad.
Uno de los datos más llamativos que se desprenden del estudio es que el consumo de agua desalada en la isla se ha incrementado, en los últimos 10 años, hasta alcanzar los 9,5 hm3 anual. Un dato positivo a pesar de que, según explicó Calvo, las tres desaladoras que hay en Ibiza funcionaron a la mitad de su producción el año pasado.
En este sentido, señaló que «mientras un acuífero sigue dando agua de cierta calidad, se sigue aprovechando porque el agua es más económica». Concretamente, reiteró que el m³ de agua de pozo cuesta la mitad que el de agua desalada. De este modo, achacó el tema económico y que «hay determinadas conexiones que no están finalizadas» a la situación que viven actualmente las desaladoras. Además, Calvo criticó que «hay dificultad para saber qué está pasando porque no nos permiten acceder a la información y, a veces, tampoco está actualizada». Así, se pide aprovechar «al máximo» el rendimiento de las plantas, además de «modernizarlas».
En cuanto a municipios, Santa Eulària y Sant Joan solo suministran agua subterránea, mientras que Sant Josep y Eivissa han ido aumentado el suministro de agua desalada en los municipios que casi alcanza la totalidad. Por su parte, Sant Antoni y Formentera pueden presumir, en este sentido, de tener un suministro 100% de agua desalada.
Por otra parte, el estudio del Observatorio advierte de que 1 de cada 3 litros se pierden en la red de suministro, «tres veces más del consumo necesario para la agricultura». Según datos de 2015, el municipio que más pérdidas registró fue Sant Josep, seguido de Santa Eulària, Sant Joan, Eivissa y Sant Antoni. Formentera sería el municipio con menores pérdidas.
En cuanto a la calidad de las aguas depuradas, los investigadores lamentaron que el 40% de las aguas residuales se vierten al mar contaminadas. «Todas las depuradoras de Ibiza, excepto la de Port de Sant Miquel, han vertido entre 2017 y 2018 aguas contaminadas». Asimismo, las depuradoras de Ibiza y Can Bossa «vierten aguas con altas salinidades».
Energía
Otro dato que se desprende del estudio -ante el que, dijeron, es necesario tomar conciencia- indica que el consumo energético en Ibiza y Formentera durante el 2017 es un 85% superior al establecido para el año 2030 por la Ley de Cambio Climático de Balears.
Según argumentó Benbeniste, se ha producido un crecimiento de un 7% durante la última década. Así, Sant Josep y Sant Joan se colocan a la cabeza como los principales consumidores por habitante.
El Observatorio de Sostenibilidad informa, también, de que las Pitiusas solo producen un 0,25 % de energía renovable, 100 veces por debajo del compromiso español de producir un 20% para el 2020. Esta situación ha llevado a que las emisiones de dióxido de carbono hayan aumentado en un 15,4% en los últimos cinco años, sobre todo por el transporte terrestre y aéreo y el consumo residencial y turístico.
Por ello, López reiteró la necesidad de apostar por las energías renovables, más aún en una isla como Ibiza que tiene «tanto sol». De hecho, puso como ejemplo su propia casa «que no tiene cables y podría dar energía también al vecino». Para él, los pitiusos «estamos atascados» al respecto.
Residuos
El informe también analiza la cantidad de residuos que se generaron en las Pitiusas en el pasado ejercicio donde, por primera vez, se observa una tendencia decreciente en Sant Antoni, Santa Eulària y Formentera. Aún así, «superan en un 40% el límite establecido por la reciente ley balear de residuos para el 2021», reza el estudio.
Además, desde hace nueve años, los residuos domésticos generados han aumentado un 25% «triplicándose durante el periodo estival», lo que hace que incluso se supere la media nacional.
Si hablamos de recogida selectiva, Ibiza está lejos del 50% que exige la ley, dado que en 2017 los residuos recogidos selectivamente constituyeron solo el 14%. Calvo quiso felicitar a todos los hoteleros que han conseguido que la recogida de vidrio se multiplique hasta por cinco en verano ya que, según dijo, denota concienciación al respecto. Aún así, desde el Observatorio se pide reducir la generación de residuos y seguir trabajando en el reciclado.