Las muestras de solidaridad, amistad y compañerismo son dignas de admiración. Nada hay más encomiable que mostrar afecto y estima por alguien próximo que atraviesa una situación desfavorable. Pero en política, los actos de solidaridad colectivos con alguien que se enfrenta a una acusación y debe rendir cuentas ante los tribunales, suelen servir para otra cosa.
Lo vimos cuando la concejala de Gobernación de Sant Antoni, Aída Alcaraz, acudió a los juzgados para declarar por las dos querellas de miembros de la Policía Local que la acusaban de acoso laboral. Y lo hemos visto hace pocos días cuando se supo que el presidente del Consell de Formentera, Jaume Ferrer, los consellers Bartomeu Escandell y Sonia Cardona, y el exconseller Josep Mayans, serán juzgados por el ‘caso Punta Prima'.
Es una lástima que quien ha sido tantos años el primer presidente del Consell de Formentera y líder del partido Gent per Formentera, tenga que cargar con este baldón que mancha su trayectoria política. Aunque a decir verdad ya estaba manchada por el caso de las irregularidades en el bolsín de bomberos que también se investiga en los juzgados de Ibiza y en el que también están imputadas la ya citada Sonia Cardona y Silvia Tur, además del gerente de la institución Isidor Torres. Pero no dejemos que nada de esto distraiga nuestra atención.
Mandato del pueblo. La secretaria general de Gent per Formentera y vicepresidenta del Consell, Susana Labrador, mostró su «total y absoluto apoyo» a sus conmilitones que en breve serán procesados y juzgados por múltiples y graves acusaciones, si bien es cierto -y no cabe ni ocultar ni minusvalorar la circunstancia- que la Fiscalía no ejerce la acusación al no apreciar actividad criminal.
Según la líder de GxF los acusados actuaron aplicando «el criterio del interés general» y «cumpliendo el mandato del pueblo de Formentera». Y ojo al argumento, que suena mucho al que esgrimen los líderes independentistas que están siendo juzgados en el Tribunal Supremo. Los mandatos populares cada cual los interpreta como quiere, pero deben aplicarse conforme a la Ley.
¿Qué renovación?. En todo caso, GxF es libre de llevar en sus listas a quien le plazca. Pero decir que hay renovación en las listas, cuando los ocho primeros nombres que en ella figuran son conocidos por todos, pues la verdad es que no se percibe la renovación por ningún lado. Es más, lo que se percibe es que van a seguir mandando los que mandan ahora, por más que Jaume Ferrer sea sustituido por Alejandra Ferrer. La consigna parece ser la de que parezca que las cosas cambian sin que nada cambie. Prietas las filas.
Estimada concejala tránsfuga Cristina Ribas. Dado que este medio de comunicación empieza por P, me siento aludido por su comentario en Facebook. Con todo respeto, permítame aclararle que si en estas páginas se utiliza esa palabra tan desagradable como es ‘tránsfuga' se debe a que usted decidió serlo. Hasta donde sabemos, nadie la obligó. Corríjame si me equivoco. Usted obtuvo su acta de regidora gracias a los votos obtenidos por la lista electoral del PI Sant Antoni, formación que decidió abandonar pero no así el cargo. Eso se conoce como transfuguismo. Lamento que no le guste pero es así. Y no se lo vamos a ocultar a nuestros lectores.
Por cierto, analice el hecho de que no es Periódico de Ibiza y Formentera quien la califica a usted de concejala tránsfuga. Es toda la prensa diaria y no diaria. Esta unanimidad ¿no le da que pensar en que quizás sea usted una tránsfuga?
Feliz domingo.