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Los pescadores submarinos niegan que la pesca ilegal provoque la desaparición de los meros

Un mero muerto enganchado en una red. | CAS S’EMBARCADOR

| Eivissa |

El Club de Actividades Subacuáticas (CAS) S'Embarcador ha criticado que el último estudio realizado por el Govern balear en la Reserva Marina de Es Freus culpe a la pesca ilegal de la ausencia de meros en la zona de es Daus. «Sorprende enormemente y delata el poco rigor del estudio la declaración de que la ausencia total de meros en es Daus se debe a la persistencia de la actividad de la pesca ilegal. ¿Acaso desconoce el autor del estudio que en esa zona está permitida la pesca profesional? La zona de Es Daus es de un tamaño tan reducido que cualquier afección permitida (palangre de fondo, trasmallo, pesca al vivo, etc ) le afecta enormemente. Además, en dicha zona sólo se puede faenar en aguas someras (a cierto fondo todo es arena) por lo que a diferencia de otras zonas de estudio, los efectos de las artes profesionales son visibles en el fondo, donde se realiza el estudio. ¿Desconoce el autor del estudio el impacto de las artes profesionales?», se preguntan desde el CAS S'Embarcador.

Desde este club aseguran que el objetivo de este estudio «no es otro que tratar de dar coartada al hipócrita planteamiento de creación de falsas reservas marinas que se generan en Ibiza y Formentera». Además, explican que salvo una parte del islote de s'Espardell, en el resto de reservas marinas «prácticamente la única modalidad pesquera que está prohibida es la práctica de la pesca submarina, cuando irónicamente es este el método de pesca más selectivo que existe».

S'Embarcador asegura que la pesca submarina «afecta a especies concretas, pero lo hace con un impacto mucho menor que el producido por artes de pesca profesionales, lo que ocurre es que los análisis que ellos pagan no se realizan allí donde afecta el arte de pesca profesional».

Además, apuntan que el Govern balear «no se atreve a realizar reservas marinas integrales, donde esté prohibida toda actividad pesquera, sin embargo de forma hipócrita, realiza kilómetros cuadrados de reservas donde el pescador profesional puede campar a sus anchas, prohibiendo de forma exclusiva la pesca submarina y algún arte de pesca recreativa como el jiging».

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