Son ya numerosas las ediciones de la Pasarela Adlib que he tenido que cubrir desde que llegué a la isla hace casi diez años. He visto su crecimiento y de cómo se ha convertido en un fenómeno imparable gracias al esfuerzo de grandes equipos encabezados primero por Vicent Roig y ahora por Marta Díaz. Sin embargo, hay algo que no cambia con el paso del tiempo y es esa costumbre que tienen prácticamente todas las modelos de no sonreír cuando desfilan. Posiblemente yo esté hablando de más y seguro que se les exige ir muy serias o que sus gestos se deban a que tienen que muy concentradas, pendientes de que todo salga perfecto y de no caerse de sus interminables tacones, pero por favor, regalen alguna sonrisa al público. No pido más, simplemente un pequeño gesto cómplice con la cámara o algo que anime al público. Y creo que no pido ningún imposible. Ayer Patricia Yurena, cuando desfiló en las cuatro colecciones invitadas en Futur Adlib sonrió y todo quedó mucho más bonito. Lo mismo que hace año tras año Mireia Canalda, una modelo que con su amplia sonrisa y saber estar inunda de alegría la Pasarela Adlib.
El acierto de Xabi Franquesa
Tras unos años complicados con los presentadores Adlib lleva dos ediciones acertando de pleno. Cayetana Guillén Cuervo está en su salsa y de Manel Fuentes que les voy a decir yo, pero anoche hubo un descubrimiento para muchos, Xabi Franquesa. Superó con nota el salir a dar la bienvenida en un ambiente bastante frío y enseguida se metió al público en el bolsillo a pesar de su amago de convertir a Camela en la banda sonora de Adlib. Afortunadamente todo quedó en una falsa alarma y Franquesa combinó seriedad con chascarrillos, demostrando que se encuentra como pez en el agua improvisando. Para la historia quedarán sus «¿qué tal? ¿Lo está pasando bien o ha venido con su mujer?» o su «pido un fuerte aplauso para las personas que han seguido el desfile dejándose el cuello detrás de la chica del pelo afro».
Noche de reivindicación
Por lo demás, ayer fue una noche de reivindicación. La de una mujer normal y con curvas sobre la pasarela. Alfonso Sánchez presentó una colección espectacular – algo que ya se ha convirtiendo en habitual en Adlib – y apostó por modelos curvys. Fue un tremendo acierto ya que ellas desfilaron con naturalidad, elegancia y simpatía sobre la pasarela. Si hubo nervios no se notaron lo más mínimo y el pabellón quedó altísimo. Muestra de ello fueron las ovaciones que se llevaron estas modelos al llegar a la zona de los fotógrafos. Incluso, alguna, se atrevió a sonreír y guiñar el ojo al objetivo demostrando que no es tan complicado.