Un centenar de profesionales de la salud, médicos de familia y enfermeros, participan en Ibiza en el III Congreso de la Sociedad Balear de Medicina Familiar y Comunitaria (Ibamfic). El médico de familia Carles Blay ofreció ayer la conferencia inaugural del evento donde abordó los nuevos contextos y retos para la transformación de la Atención Primaria. Blay, que se encargó del programa de cronicidad de Cataluña, hizo una reflexión sobre las grandes retos del sistema sanitario, las respuestas que se están proponiendo a nivel internacional y cómo los médicos de familia podían plantearse «reconsiderar cosas que hacer para adaptarse mejor a los retos del futuro».
Blay explicó que los principales retos son el tecnológico, donde es difícil de intervenir, el demográfico, epidemiológico, social y económico. «Tendremos una población cada vez más envejecida que acumula problemas de salud en un contexto social que no se va a parecer cuando se creó el sistema sanitario y que va a tener dificultades para poder pagar el impacto de los tres retos anteriores que va a tener en la factura pública; hay que darle vueltas a esto», defendió. Este problema no afecta sólo a Balears, ni a España, «sino todos los países occidentales y por eso es interesante ver lo que se está haciendo fuera para adaptarnos y transformar el sistema». Puso como ejemplo a países como Nueva Zelanda, Reino Unido, el planteamiento de Obama en Estados Unidos, Holanda o el modelo escandinavo. «Todos los que están haciendo experiencias interesantes en el sentido de conseguir tres cosas; unos resultados en salud óptimos; que tengan un coste asumible y que generen una satisfacción en las personas atendidas». En su opinión, como experiencia factible a aplicar se encuentra Gran Bretaña, «que tiene un sistema sanitario que en cierta medida se parece al nuestro y está en un contexto europeo que nos hace comparables a ellos en muchas de las propuestas», explicó. Aseguró que «hacen cosas conceptualmente muy interesantes que rompen paradigmas muy consolidados, sólidos e inamovibles, que a lo mejor se debería replantear».
Gran Bretaña es , sin embargo, un sistema muy criticado, «porque publica sis resultados cosa que todo el mundo no hace; está muy sujeto a debate, es mucho menos opaco que el nuestro». Blay plantea una nueva visión más colaborativa. «A los pacientes los atendemos entre muchos y conseguir el mejor resultado en salud no depende tanto de lo bien que lo hago yo, sino en relación con los demás». Como ejemplo puso a un paciente con una insuficiencia cardiaca, «que claro que depende de que yo como medico sepa de esa insuficiencia cardiaca para que tenga una respuesta óptima, pero más que de esto depende de que yo tenga una relación fluida con el resto de profesionales que también atiende a este paciente, como urgencias, cardiológos. La coordinación llevada a un nivel muy profundo en el que no se trata solo de intercambiar información y protocolos de actuación sino que compartimos objetivos y decisiones comunes, la coordinación llevada a su máxima expresión».