Aunque no hay ningún estudio que constate las fechas exactas en las que puede aparecer la carabela portuguesa (Physalia physalis), la experiencia de años anteriores augura que pronto se dejará ver en las Pitiusas.
Así lo explicó Josep Maria Gili, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de Ciencias del Mar, quien matizó que, ahora, estamos en un periodo «bastante álgido» de la especie.
«Por lo que sabemos de años anteriores es que llegan en esta época y no es de extrañar, por la cantidad que parece que están llegando, que aparezcan en Ibiza y Formentera dentro de poco», indicó Gili.
Posibilidades
Además, la probabilidad de que haya carabelas portuguesas en nuestra costa este verano es mayor debido a que las corrientes son más cálidas que años anteriores. De hecho, cabe recordar que, el año pasado, las carabelas llegaron a las Pitiusas en abril y se vieron hasta prácticamente el mes de junio.
Según dijo, este hidrozoo (que no puede considerarse una medusa) entra por el Atlántico, sigue por la costa de Málaga hasta llegar a Murcia y, cuando alcanza el canal de Ibiza, se desplaza hacia las Pitiusas. «El recorrido más habitual es pasar por Ibiza y Formentera, después por el sector externo de Mallorca y, luego, se va para Cerdeña y Sicilia», subrayó Gili.
Se trata de una colonia que va creciendo, ya que van formando una especie de grupo hasta que se degeneran y dan lugar a una larva que no se ve en el mar. Esta situación suele producirse a mediados de verano, en agosto, cuando ya prácticamente desaparecerán, subrayó el investigador del CSIC. «Que haya physalias significa que van a estar solo unos días, no todo el verano, por lo que no hay que generar alarma social porque, además, es fácil que haya en una playa y en otra no», recordó.
La carabela portuguesa tiene, a diferencia de las medusas que se ven comúnmente en el mar, la ventaja de destacar por su color púrpura y sus grandes tentáculos. En cuanto a estos, Gili recalcó que cuando el hidrozoo se acerca a la costa, algunos se mueren y se rompen. Esto no significa que no expulsen veneno, ya que tiene que pasar entre dos y cuatro días en la arena hasta que pierdan el poder urticante.
Lo que hay que hacer ante su presencia es evitar el baño y avisar a los servicios de los que disponga la playa para que las retiren lo antes posible.
En caso de que haya picadura, los expertos desaconsejan el uso de amoniaco y de vinagre. «La mejor solución es lavarse con agua del mar y aplicar en la zona de la picadura, lo antes posible, un chorro de agua caliente porque diluye el veneno y la implicación sobre el cuerpo es mucho menor», detalló Gili; al contrario que si la picadura es de una medusa, siendo recomendable aplicar frío.
Además, el investigador insistió que tras la picadura se genera una herida externa que hay que cuidar los días siguientes para evitar una posible infección. «Si nos pica una carabela este verano hay que multiplicar las precauciones para que no te vuelva a picar. Esto es muy importante porque el efecto será peor», recalcó.