Una dotación de siete bomberos, tres de ellos efectivos del Grupo de Rescate Vertical (GRV), rescataron ayer el cadáver de un hombre de 60 años que se había precipitado en torno a las 04.00 horas desde lo alto de los acantilados localizados en Cala Llenya, en Santa Eulària.
Según informaron desde el Parque de Bomberos del Consell d'Eivissa, el dispositivo de rescate se trasladó de madrugada hasta el escenario del suceso tras ser requeridos por la Guardia Civil.
El cuerpo sin vida se encontraba en un punto de difícil acceso en un acantilado de unos 40 metros, señalaron las mismas fuentes.
Las condiciones de la mar hacían inviable acometer la recuperación del cuerpo por esa vía y la operación desplegada por los bomberos se prolongó durante cinco horas, dadas las enormes complicaciones que presentaba la zona. Los bomberos tuvieron que desplegar una tirolina y un sistema de poleas para elevar el cuerpo hasta la zona alta del acantilado. La operación rescate acabó en torno a las 10.00 horas de ayer.
La policía judicial de la Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación de este caso.