Durante la madrugada del lunes al martes una niña de dos años pasó casi seis horas en las urgencias del hospital Can Misses hasta que fue atendida, tras caer al suelo desde una altura de 1,5 metros y hacerse una herida profunda en la frente.
Sin pediatras
La familia entró a urgencias a las 21.16 y el primer triaje se lo hicieron rápidamente, dado que no había nadie esperando para Pediatría, explicó ayer la madre.
Cuando pasaron a la sala de espera de Pediatría, vieron que estaba vacía, no había ni médicos ni enfermeros ni celadores. Y así transcurrieron algo más de tres horas.
A la vista de los hechos, la madre de la criatura decidió poner una reclamación, animada por los propios trabajadores del hospital, que explicaron que «es una situación habitual y las quejas son el único medio para que se contrate al personal necesario», señaló la progenitora.
En este sentido, los facultativos explicaron a la familia que los servicios de urgencia están infradotados y, por tanto, colapsados e incapaces de atender todo lo que se les requiere.
Después de casi cinco horas, llegó un facultativo que afirmó «desconocer la situación de la pequeña» y explicó a la familia que urgencias no cuenta con pediatra, sino que hay un médico que atiende a la generalidad de los pacientes, y después del primer examen, decide si es preciso avisar al pediatra de planta.
La familia denunció la evidente falta de medios del hospital para atender las urgencias, que se colapsan de forma más que habitual, creando una situación «caótica» en el hospital.
EL APUNTE
El Ib-Salut achaca este retraso al «gran colapso asistencial»
uFuentes del Ib-Salut aclararon que la demora en este caso concreto se produjo debido a que «hubo un pico asistencial de casos graves con la llegada de varias ambulancias», sumado a que la niña fue identificada como «no urgente» al no presentar mareos ni vómitos y solo hizo falta ponerle puntos.