Desde que entró en vigor el Impuesto de Turismo Sostenible (ITS) en Balears, las entidades ecologistas se han mostrado críticas con los proyectos que son financiados con fondos provenientes de este gravamen. La organización más importante en las Pitiusas, el GEN-GOB, se ha mostrado siempre contrario al destino del dinero recaudado y ha evitado respaldar alguno de los proyectos aprobados.
En 2016 fueron aprobados proyectos como ‘La flora amenazada de las Pitiusas', el programa de vigilancia de reservas marítimas, el plan de monitorización de la posidonia o la señalización de los espacios protegidos de la Xarxa Natura 2000. No contaron con la aprobación del GEN-GOB.
En 2017 se financiaron, entre otros, el plan de ayuda a la agricultura ecológica, el atlas submarino para cartografiar la posidonia, el plan de control de especies invasoras en zonas húmedas, la campaña de información y vigilancia en espacios de relevancia ambiental, el programa de reservas marinas, un plan de fomento de la movilidad eléctrica, el proyecto de ordenación de la costa de la bahía de Portmany, un plan de diagnóstico y recuperación de los sistemas dunares y un proyecto para el mantenimiento y la recuperación del paisaje agrario tradicional.
En 2018 se aprobaron, entre otros, un plan de mejora del paisaje forestal, la cartografía de los hábitats terrestres, un plan de implantación de la red telemática de seguimiento a grandes consumidores de agua, un plan de conservación y mantenimiento de calas y playas en espacios de relevancia ambiental y un proyecto de fomento del gas natural en el transporte de mercancías y viajeros, además de nuevas medidas para la conservación de la posidonia.
Propuesta para 2019
En 2019 el Consell d'Eivissa ha dado a conocer los proyectos que presentará para optar a la financiación del ITS, entre los que están la construcción del nuevo parque insular de bomberos en sa Coma, una sede para el Servicio Marítimo de la Guardia Civil, lo que permitiría que tuviera base en las Pitiusas todo el año y mejorar así la vigilancia y control de las praderas de posidonia, el centro de interpretación de sa Caleta, actuaciones de prevención de incendios en Sant Joan, la adaptación del CREM y la instalación de boyas ecológicas en Cala Salada.
El GEN-GOB volverá a votar en contra de los proyectos por cuarto año consecutivo en la Comisión de Impulso al Turismo Sostenible, si se vuelven a votar en bloque. A su juicio, los Consells Insulars y los ayuntamientos hacen «trampa» cuando solicitan fondos para infraestructuras que deberían ejecutar con su presupuesto y además no se permite que los miembros de la comisión voten los proyectos por separado.
Los primeros tres años, según explica el presidente del GEN en Ibiza, Joan Carles Palerm, el Govern ha ido a la comisión «con los proyectos para aprobar bajo el brazo para que el organismo diese su visto bueno. La comisión nunca ha podido elegir un proyecto sobre otro, siempre ha llegado todo ya hecho y la comisión no ha cumplido con su papel».
Eso ha llevado al GEN-GOB a manifestar su voto contrario a pesar de que de los 151 proyectos aprobados por la comisión, 83 eran de ámbito medioambiental. Sin embargo, esta etiqueta tampoco convence a la organización ecologista, dado que determinados proyectos calificados como ambientales se corresponden con infraestructuras que valoran que no deberían financiarse con la ecotasa.
Y es que Palerm explica que las administraciones locales e insulares «entienden la ecotasa como una manera de colar una subvención para un proyecto que quieren hacer, como una depuradora en Portinatx o un paseo marítimo en Cala de Bou, cuando son proyectos que si se tuvieran que hacer tendrían que salir del presupuesto de la administración que los hace». Son proyectos que, además, se presentan porque la administración sabe que le darán el dinero, «pero es hacer trampas, tu debes tener tu presupuesto y ejecutar tus proyectos».
A pesar de ello, indica que hay trabajos que se han financiado y son adecuados al espíritu que debe tener del ITS, como el proyecto de recuperación de la flora amenazada de las Pitiusas o el estudio para la recuperación de aves marinas, que Palerm considera ejemplo de buen uso, si bien critica que los estudios y sus conclusiones no sean más accesibles al público.