Los representantes de los cuatro partidos más votados en las elecciones del mes de abril (PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos) fueron los participantes en el programa de debate Bona Nit Pitiuses de anoche en TEF. Sin embargo los protagonistas del debate fueron los que no estaban.
La relación de Vox con PP y Ciudadanos y la necesidad, que parece inevitable, de Podemos y PSOE de llegar a acuerdos con partidos independentistas si alcanzan a formar gobierno, fueron los dardos que se lanzaron de izquierda a derecha.
Gianandrea di Terlizzi por parte de Podemos valoró como «un error haber ido a elecciones», pero consideró que «ya no es el momento de hacer reproches». Pero a Javier Marí del PP sí quiso reprochar lo que considera «un engaño». «No puede ser que durante seis meses os hayáis tirado los trastos a la cabeza y ahora, en una reunión de una hora hayáisllegado a un acuerdo para gobernar», les espetó a los representantes de Podemos y PSOE.
Di Terlizzi defendió que muchos puntos ya estaban negociados de antemano, tras las negociaciones fallidas entre su partido y los socialistas.
Por su parte el representante del PSOE, Joan Marí Marge, quitó peso de responsabilidad a su partido y defendió que la anterior legislatura decayó y acabó en elecciones al encontrarse con la imposibilidad de llegar a acuerdos. Un argumentario que no convenció a Marí, sobre todo cuando se ha alcanzado un acuerdo con quien fue imposible alcanzarlo en verano.
Todos los partidos se mostraron moderadamente satisfechos con los resultados. Menos Ciudadanos. «Solo podemos calificar nuestro resultado de muy malo, sin paliativos», valoró Javi Torres, del partido naranja.
Entró Marí Marge a valorar la debacle de Ciudadanos, desde su punto de vista el partido «se situó en un lugar que no era el suyo» cuando empezó a llegar a acuerdos con Vox y el PP y eso era lo que le habría llevado a esta situación. Con ello abrió la caja de los truenos.
Torres recordó que Ciudadanos no había firmado ningún acuerdo con Vox, a pesar de haber contado con su apoyo en varios gobiernos. «Parece como que un extremos sea malo y el otro bueno. Cuando aquí se acepta la connivencia con partidos como Bildu y ERC, esto también es pactar con el populismo», señaló Torres.
Pero Di Terlizzi insistió en que la «crispación» y «blanqueamiento de Vox» que había asumido en su discurso «ha llevado a su hundimiento y práctica desaparición».
Torres pidió «respeto» por su partido «que puede subir hacia arriba otra vez». Consideró que su partido no participará en permitir un gobierno entre Podemos y PSOE «que necesita del apoyo de ERC».El panorama político parece que pinta complicado.
Entrevista a Patricia de las Heras
Patricia de las Heras, diputada electa de Vox, fue la protagonista de la entrevista emitida ayer en el BNP. Según dijo, las estimaciones que hizo para las elecciones de abril rondaban los 50 escaños y «lo he acertado a la segunda». El hecho de que su partido haya pasado de 24 a 52 escaños en apenas medio año denota, a su parecer, el «cabreo» de los ciudadanos con los políticos. Por ello, se comprometió a hacer una oposición «fuerte» para defender a todos aquellos que depositaron su confianza en ellos. «Cuando te enfadas y no tienes una persona en la que creer o no votas o lo haces a un partido residual», dijo refiriéndose a Vox como la alternativa a estas dos situaciones. Por su parte, matizó que aún no cuenta con la acreditación que le permite tomar posesión del cargo, pero que luchará para desarrollar el REB, prioritariamente.
En cuanto a una de las preguntas relacionadas con la eliminación de la Ley de Violencia de Género, De las Heras dijo que no se trata de eliminarla, sino de cambiarla para centrarla en el ámbito familiar porque «si tenemos tantos asesinatos es porque la ley no está funcionando». También especificó que, en lo relacionado con el aborto, el partido verde quiere dar más información y ayuda a las mujeres, no que vean el aborto «como medida preventiva».
La diputada electa también fue preguntada por la situación que se vive en Cataluña tras el ‘procés' a lo que no dudó en calificar de «difícil solución». Según sostuvo, «se ha generado odio y se han puesto fronteras donde no las había» y culpó al Gobierno de no hacer nada para frenarlo.