«El edificio sufre ansiedad». Es el diagnóstico realizado por el portavoz del CSIF, Sabino Aramburu, tras las filtraciones e inundaciones registradas el pasado miércoles en los sótanos de la «nueva y moderna» sede judicial de sa Graduada. A finales de agosto, el delegado del Gobierno, Ramon Morey, visitó las instalaciones para valorar las inundaciones sufridas cuando el edificio todavía estaba por recepcionar. Morey valoró aquel episodio como una «prueba de estrés» para el edificio. En el argot futbolístico: A Sabino se la pusieron botando.
Vado permanente. El juez decano de Ibiza, Juan Carlos Torres, insiste estos días en que estamos en la fase de ajustes. A nadie se le escapa que ha sido un traslado a la carrera. Con las prisas por llegar antes de 2020 a alguien se le olvidó reservar los tres metros que garantizan el acceso a la rampa de la zona de calabozos. Un detalle nimio para el correcto desarrollo de las conducciones de detenidos.
Agenda cambiante. El presidente del TSJIB, Antonio Terrasa, tenía previsto visitar mañana la nueva sede judicial de Ibiza. El miércoles a mediodía, tras la tercera jornada de protesta y la suspensión de actividades de los forenses para evidenciar las «flagrantes deficiencias» de sus dependencias, el TSJIB anunciaba que, «por motivos de agenda», la visita se aplazaba al 17 de diciembre. Cuanto menos, sospechoso.
No se podía saber. Terrasa ya conocía de primera mano la negativa de los forenses a instalarse en los sótanos de sa Graduada. Juan Ramón Sancho, responsable del departamento, ya le trasladó la oposición de los trabajadores a desarrollar sus funciones en un espacio que no es el adecuado. Lo hizo durante la apertura del Año Judicial celebrada en Ibiza. En el acto también estaba el secretario general de Justicia, Antonio Viejo.
Fase de ajustes. Aunque no sea el deseado, la camilla de reconocimientos de la Clínica Forense ya está en su sitio. Juanra y Manolo completaron la operación traslado.
Juicio mediático. No creo que haya habido un juicio por receptación más mediático que el vivido el martes en la radiante sala de vistas de Penal del nuevo juzgado de Ibiza. El acusado y la improvisada traductora asistieron impertérritos a la numerosa presencia de cámaras moviéndose por la sala. La vista pública se cerró con una sentencia in voce, la primera en la incipiente historia de la sede de sa Graduada. Seis meses de prisión.
Tras la condena, café. Finalizada la vista y con la condena firmada, el acusado y la improvisada traductora se dirigieron a una de las cafeterías presentes en la plaza para pasar el maltrago con unos cafés.
Violentos al volante. Jornadas accidentadas para la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. El lunes, uno de sus componentes fue golpeado y lesionado por un conductor al que acababa de entregarle una ‘receta' contra las temeridades al volante. Dos días antes, uno de los vehículos de Atestados fue embestido por un británico que protagonizó un día de furia al volante de una furgoneta que había robado en un Rent a Car de Ibiza. Este amante de lo ajeno ya se había apropiado tiempo atrás de un coche y un velero, e incluso había escrito un libro.
Mordida en Ibiza. La semana horribilis para la Benemérita continuó el martes con la presencia de dos guardias tomando asiento en la Audiencia Provincial por ‘apropiarse de una mordida' a un hombre de confianza del príncipe de Arabia Saudita. Por arte de birlibirloque, los agentes le limpiaron 8.000 euros a un representante de la embajada que se disponía a viajar a París. Antes de la vista devolvieron la cantidad.
Héroes al rescate. Pero la Guardia Civil de Ibiza también tiene esta semana motivo para el orgullo, y mucho. El miércoles, el sargento del Puesto de Sant Antoni, Ismael Moreno, protagonizó un rescate vital en Cala Tarida. En el tramo final, cuando las fuerzas ya flaqueaban, recibió el apoyo de su compañero Gonzalo Pierre. El año que viene deberán disponer de sus mejores galas para la celebración del Día de la Patrona.
Libro. Un cuchillo en la mirada, de Jim Thompson.
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