El presidente del Consell d'Eivissa, Vicent Marí, afirmó ayer que, para solucionar el problema del agua en Eivissa, «lo que hace falta es financiación, que tiene que venir de todas las instituciones». En este sentido, el presidente de la institución insular indicó que el Consell, pese a no tener competencias, está dispuesto a colaborar con los ayuntamientos para que se lleven a cabo estas obras, «de manera que estas actuaciones sean prioritarias» con el objetivo de reducir esas fugas en las redes de distribución. No obstante, Marí hizo hincapié en que debe ser el Govern balear el que lidere esta inversión y le pidió que los trabajos empiecen el primer trimestre de 2020.
El presidente del Consell señaló que la inversión necesaria para reducir las pérdidas de agua en la red es «elevada», por lo que debe acometerse «de manera escalonada y priorizando», de manera que se busquen primero las zonas donde más fugas hay y se sustituyan los tramos de las tuberías que en peor estado se encuentran. Marí admitió que este trabajo «no se hará en un año», pero señaló que «si no se empieza, nunca se terminará».
Desde el Ayuntamiento de Sant Josep, se replicó que en el pasado apenas se había «invertido en políticas de agua». Por el contrario, añadió la institución a este diario, «el Ayuntamiento ha gastado más de cinco millones de euros durante los últimos años para optimizar la red de distribución».
Ante los números desvelados por este periódico, el Consistorio arguyó que los datos corresponden al año 2018 y espera que las cifras actualizadas -que se prevé que estén disponibles el primer trimestre de 2020- sean más halagüeñas en términos de eficiencia con la entrada en servicio de diversos tramos de la red.
Por su parte, el concejal d'Obres Públiques y Mobilitat del Ayuntamiento de Sant Antoni, Joan Torres, de Proposta per les Illes (PI), señaló que en el tercer trimestre el rendimiento hidráulico de esta institución había sido del 86,5 %, frente al 80 % que publicó este diario. «Es un dato fabuloso y está basado en lo que facturamos», dijo el concejal, quien añadió que, para mejorar las infraestructuras, se están haciendo inversiones en renovación de tuberías que estarán terminadas antes del próximo verano.
De la misma forma, Torres mencionó la incorporación de elementos de automatización -tanto de telecontrol como de telelectura- que cree que ayudarán a conseguir mejoras pese al alto nivel de optimización.
Por su parte, el tesorero de la asociación Alianza por el Agua, Rafael Tur, pidió la mejora de unas redes «obsoletas». Sin dicha reforma, lamentó, se está perdiendo toda el agua que se saca del subsuelo y se desala «a un precio astronómico».
El problema del alcantarillado
No obstante, Tur precisó que también se debería tratar de encontrar una solución al problema del alcantarillado, ya que «siempre se piensa en la red de distribución y nunca en la red de depuración». En su opinión, «tan importante es una como otra», ya que es necesario evitar filtraciones de agua marina por roturas en la red o por el uso de máquinas desalinizadoras privadas. «La alta salinidad mata la biodiversidad de las depuradoras y así no funcionan», explicó Tur, para quien es necesario «ponerse serios y hacer una gran inversión en esta materia». A su parecer, si este asunto no se solventa es porque las instalaciones son «caras» y las medidas, «impopulares», debido a que habría que levantar todas las calles para acometer las obras. Sin embargo, añadió el representante de la asociación, «lo que no puede ser es mantener una red de distribución defectuosa».
A continuación, Tur señaló que «habría que ponerse serios» y crear una red de contingencias para que las obras de la depuradora de Ibiza se estableciesen como emergencia porque, según dijo, «no se puede estar contaminando permanentemente el mar». Por último, el representante ecologista criticó al Govern al lamentar que «no puede ser que no se den plazos en una obra de vital importancia, porque estamos contaminando día a día».
Igualmente, la presidenta de la asociación Amics de la Terra, Hazel Morgan, pidió que la gestión del agua en Ibiza sea «una prioridad» para los gobernantes, ya que actualmente es un «desastre». Según explicó, lo que está ocurriendo es «una pérdida de energía y de agua», lo que, a la postre, se convierte en algo «muy costoso» para los ciudadanos. En este sentido, Morgan abogó por renovar y poner sistemas de control que detectan cualquier fuga. «Existen las tecnologías, por lo que es cuestión de invertir», razonó Morgan, quien cree que siempre saldrá «más barato que producir agua».
En este sentido, el presidente de GEN-GOB Eivissa, Joan Carles Palerm, se mostró contrariado por la cantidad de energía y dinero que está costando el «despilfarro» de agua, ya de por sí «escasa». Además, criticó: «Deja una huella ecológica y un impacto climático muy fuertes». Según incidió, a la isla le cuesta mucha energía cada litro de agua, por lo que cualquier perspectiva que supere el 25 % de pérdidas es «desoladora». A este respecto, subrayó que todo lo que pase de esta cantidad implica «que no se está haciendo el esfuerzo necesario por parte de las instituciones».
Por último, al ser cuestionado sobre qué medidas se podrían emplear para la mejora del servicio, indicó que quizá una solución sería mancomunar la gestión de las tuberías, que corresponde a los ayuntamientos, al tiempo que se refirió al canon que se paga por el mantenimiento de la depuradoras, asunto gestionado desde Mallorca. «No sé si no se mantienen en condiciones porque no se invierte todo lo que se recauda, o si lo que se recauda no es suficiente para el mantenimiento», se preguntó Palerm.