No está comprobado que los dioses de la Antigua Grecia o Antigua Roma existieran pero en el caso de que fueran reales muy probablemente Baco – Dionisio para los griegos – disfrutaría al máximo con la Festa des Vi Pagès que todos los años se celebra en el pequeño pueblo de Sant Mateu.
Ellos eran los dioses del vino y como tal seguro que alguna vez bajarían camuflados entre los mortales ibicencos a pasárselo en grande con esta fiesta que se ha convertido en uno de los clásicos del invierno en la isla. Ya son 29 los años que lleva celebrándose y siempre es un éxito de público, con centenares de personas de distintas edades llegadas de todas partes de la isla para poblar las pistas polideportivas del pueblo. Y a ninguno le importó el frío que se iba haciendo cada vez más intenso según avanzaba la noche.
En esta ocasión participaron una veintena de familias de la zona, aportando sus vinos payeses en garrafas de forma totalmente gratuita, para que fueran degustados junto a su correspondiente ración de sobrasada o butifarró, procedentes de las recientes matanzas de la zona, y torrada convenientemente en las brasas colocadas en el interior de las bañeras de las pistas.
La idea es, según el primer teniente de alcalde de Sant Antoni y concejal del pueblo, Joan Torres, «hacer pueblo, que la gente conozca que hay vida más allá de las grandes ciudades como Ibiza, Sant Antoni o Santa Eulària y promocionar el vi pagès, especialmente el de Sant Mateu, donde hay muchas familias que lo elaboran de forma tradicional para autoconsumo».
Además, la fiesta se complementó con otras actividades. Para rendir homenaje al folklore tradicional ibicenco hubo distintas demostraciones de ball pagès a cargo de Sa Colla d'Aubarca y para mover el esqueleto mientras se bebía y comía se invitó al grupo Silvia & Friends.